Le pedí...

Le pedí al tiempo
un segundo.
Al silencio, 
que me hablase.
Le pedí a tus ojos
un mundo.
Y a tu boca, 
una excusa 
para besarme.


Cuento días que pasan

La vida es eso que pasa mientras te cuento
que cuento los días que pasan
para que tú también los cuentes.
Y me los cuentes.


sábado, 30 de agosto de 2014

Me lo invento

El hombre a quien yo quiero
me busca
es justo y sincero.
No existe.
El hombre a quien yo quiero,
me lo invento, 
por eso le espero.


Si pudiera vivir nuevamente mi vida

«Si pudiera vivir nuevamente mi vida… En la próxima trataría de cometer más errores. No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más. Sería más tonto de lo que he sido, de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad. Sería menos higiénico. Correría más riesgos, haría más viajes, contemplaría mas atardeceres, subiría más montañas, nadaría mas ríos. Iría a más lugares adonde nunca he ido, comería mas helados y menos habas, tendría mas problemas reales y menos imaginarios. Yo fui una de esas personas que viví sensata y prolíficamente cada minuto de su vida; claro que tuve momentos de alegría. Por si no lo saben, de eso está hecha la vida, solo de momentos; no te pierdas el ahora. Yo era uno de esos que nunca iban a ninguna parte sin un termómetro, una bolsa de agua caliente, un paraguas y un paracaídas; si pudiera volver a vivir, viajaría más liviano. Si pudiera volver a vivir, comenzaría a andar descalzo a principios de la primavera y seguiría así hasta concluir en otoño. Daría más vueltas en calesita, contemplaría más amaneceres y jugaría con más niños, si tuviera otra vez la vida por delante.»



Cuando te rompen el corazón

Cuando te rompen el corazón
la garganta se acristala
los pulmones pequeños
sin aliento
las rodillas al suelo
los pies, descalzos, delatan
y escapan
pero quedan presos

Cuando te rompen el corazón
no hay palabras,
ni consuelo
no hay techo que te refugie
ni abrazo que sustituye
no hay tiempo de más
solo días de menos.

Cuando te rompen el corazón
dejamos de ser
eternos

La luz de Candela


Las rayas de una cebra

Un día le pregunté a la cebra:
"¿Eres una cebra blanca con rayas negras o una cebra negra con rayas blancas?"
La cebra, mirándome, me preguntó:
"¿Tú eres un hombre inquieto con momentos tranquilos o un hombre tranquilo con momentos de inquietud?
¿Eres un tipo descuidado de manera ordenada o un tipo ordenado de maneras descuidadas?
¿Eres un hombre feliz con momentos tristes o un hombre triste con momentos felices?"
Nunca más le preguntaré a la cebra sobre sus rayas.

Sheil Silverstein


Llora, medita y vive

Llora, medita y vive, un día lejano,
cuando estés en la cumbre del futuro,
este feroz huracán,
te parecerá una nubecilla.