martes, 30 de junio de 2020

A la mierda con encajar

Nunca trates de encajar con nada ni nadie. Sé tú mismo. Hacerlo es sinónimo de ocultar las cosas que te hacen diferente para que no te rechacen, a la que vez que exaltas las comunes para que te acepten. Caer en la mediocridad y teñir tu personalidad de gris. Además, cuando escondemos una parte de nosotros, siempre empezamos por la mejor, por aquella que nos hace únicos.

Recuérdalo siempre, no hay nada ni nadie en el mundo que merezca que perdamos eso que nos hace extraordinarios.


Intento número 21

Espero que no se ofenda porque mi entrada se titule con el número 21, pero para todos es más fácil organizarse y hacerse con la historia de mis Pof. Como he dicho en las entradas anteriores, un café para mí es un café. Un café que no tiene futuro, o sí. Que puede ser el café de mi vida, o el café con un habitante más de la Tierra.

Estoy en la época donde la ilusión se fue a Nunca Jamás, y con esto de la pandemia, aún no ha vuelto, deben estar en cuarentena. Es un chico que mejora en persona mucho, gana más que en las fotos de Instagram. Estuve super a gusto con con él: un café, un Nestea... Y porque las obligaciones de un lunes me requerían, y lo vio él, ahí estaba mi madre llamando sin parar.

El caso es que volvería a repetir una quedada con él, incluso los planes que nos gustan son muy parecidos. Pero no me planteo ahora mismo nada con nadie. Se lo dije a él porque no tengo secretos, ya no vivo con las mariposillas, ni nada de eso. En mi caso, surge con el tiempo, con el día a día... Con detalles, no sé. Realmente no sé qué tiene que pasar u ocurrir para que alguien ilumine mi escala de grises en la que me muevo. El chico no tiene ningún fallo, pero eclipsarme en un café, es tarea difícil... Pero no me cierro a nada como le dije a él. Dar un veredicto ahora mismo me supone un compromiso, ya que siendo sincera, no sentí nada especial que me hiciera volar por las nubes ni cosas de esas que se escriben en las novelas románticas... ¿Qué podría ocurrir? Quizás con el tiempo, sí. Que nos conocemos más, y amigos forever, pues tampoco lo descarto. 

Así que os dejo aquí mi cita con el número 21 de Pof... ¿Habrá segunda parte?

Patri Izquierdo Díaz


Cicatrices

¿Sabes una cosa? Te veo, y me haces creer que hay heridas que no van a parar de sangrar nunca. Y no. No eres la única que se ha desangrado bailando con recuerdos, ni tampoco la primera que recuerda unos labios al besar otros. Toda herida se cura, se cierra. ¿Para siempre? No lo sé... Pero lo que sí sé es que las cicatrices pueden llegar a hacer juego con el brillo de sus ojos cuando te ilusionas, cuando te ríes de verdad. Sólo tienes que poner un poquito de tu parte, y con el tiempo llegarás a eso.

Yo no soy el sustituto de nadie, ni mejor, ni peor. Sólo soy yo, con mis sueños, mis tonterías y mi forma de mirar hacia arriba cuando pienso algo gracioso para que sonrías.

Y quiero que sepas que no me importa tu pasado. Me importas tú, con todas y cada una de tus cicatrices.

Eso es todo.


No lo olvides nunca: Tú puedes

Soy partidario de que todos tenemos derecho a sentirnos mal de vez en cuando. No pasa nada por ello, pero sí me parece importante que sea algo efímero y que sirva para volver a levantarse. Un pequeño paso hacia atrás que nos sirva de impulso para seguir adelante.

Yo me lo imagino como una piscina privada que cada uno de nosotros guardamos dentro de nuestra cabeza, y en la que a veces nos ahogamos por coquetear con las sirenas del abandono y la redición cuando éstas nos susurran que no valemos o que somos un fracaso. Da igual quién seamos o lo exitosa que pueda ser nuestra vida, siempre habrá una derrota que lo eclipse todo y que nos haga sentir mal. Un golpe que nadie puede esquivar.

También soy partidario de que de las tristezas y las depresiones se tiene que salir desde ahí, desde esa misma piscina. Hay gente que se martiriza y culpa al mundo de lo mal que le va y de que nadie les ayuda. Así es como la gente se destroza. No podemos esperar a nadie disfrazado de socorrista viniendo a ayudarnos. Utilizar la excusa de que todo está en nuestra contra para dejar que nos ahoguemos es uno de los actos más despreciables que puedes cometer, porque cuando nos ahogamos, no lo hacemos solos. Lo hacen con nosotros nuestras familias y seres queridos.

TÚ PUEDES. Ponte a nadar hacia fuera contra viento y marea. Demuestra que derribarte es sólo una pérdida de tiempo, porque siempre te levantas. Aprovecha esa mala sensación para jurarte que jamás volverás a sentirla. Y no te escondas en ninguna excusa o contratiempo, porque las personas más exitosas de la historia nunca llegaron enteros a la cima, sino luciendo sus cicatrices como trofeos por todo lo que habían peleado hasta vencer.

No esperes que te lo diga nadie. Hazlo tú mismo. Pero, por si acaso lo necesitas, lee esto las veces que haga falta:

TÚ PUEDES CON TODO, ERES INCREÍBLE.


Creciendo

- Hola - paso decidida hasta el salón sin apenas mirarle.

- ¿Vienes enfadada? - me pregunta tocándose el pelo.

- ¿Tú qué crees? - me siento en el sillón.

Da vueltas por el salón sin encontrar el sitio donde sentarse. Y no le doy tiempo porque ya he explotado.

- ¿Y sabes por qué? ¡Te lo voy a contar! Porque hace días que me ves rancia, sin apenas hablar y bastante seca, y no te dignas ni a preguntarme, con pensar que tengo la regla para ti es suficiente.¡Y estoy cansada, estoy harta! ¡Harta de tantas y tantas decepciones! ¡Estoy hasta las narices de que todo salga mal cuando las cosas pueden ser fáciles! Porque no os entiendo, ni a ti, ni al de Belén, ni al otro, ni al de la moto. ¡Estoy muy cansada de querer comprender vuestro comportamiento y no llegar ni siquiera a hacerme una idea! Complicamos lo sencillo. Y ya no estoy segura de querer poner todo de mi en cada batalla...

Se queda mirándome con cara de seta. No sabe dónde meterse ante la que le ha caído.

- ¿De quién estamos hablando, Patri? - me pregunta en un susurro.

- De todos en general y de ti en particular - hago una pausa - Llevas días exigiéndome quedar todos los días porque ya no me ves como antes. Que Dani ha ocupado tu lugar y no es verdad. Lo primero es que cada uno tiene el suyo. Y lo segundo es que él no tiene a alguien. Y tú sí. Tú no puedes hacer todos los planes que quieres conmigo, porque hay otra. Tú no puedes darme todo lo que yo necesito, porque hay otra. Y lo respeto. Lo estoy empezando a hacer. Y te he dejado el puesto que tienes que tener. Yo te he dejado mis sentimientos sobre la mesa. Te he dejado todo más claro que el agua. Sabes lo que quiero, y hasta lo que estoy dispuesta a dar. Te quiero a ti, fin. Es muy sencillo, pero la ecuación se te complica por el puto miedo y no querer afrontar las cosas como te vienen, o como las sientes... o como te apetecería hacerlo. Eso es de cobardes. Valiente, es sentarme delante de ti, y decirte que ya te di un ultimátum. Y que lo estoy cumpliendo a raja tabla. Y que me siento muy orgullosa... Porque es tal la decepción que siento, como hombres, por cada uno de vosotros, que me resulta hasta fácil... Por mucho que te quiera, por mucho que me encantaría luchar por ti, el amor no es ir a la guerra, no es una pelea de perros peleando por un trofeo... Nadie, y repito, nadie, es un trofeo. Tú eres igual que yo. Y no voy a dejarme la piel, otra vez, en el camino, ni por ti ni por nadie. ¿Me quieres? Adelante, da el paso. Sabes que no va a haber negativas por mi parte. ¿No lo das? Déjame vivir, sola o acompañada, pero no te interpongas en mi camino, no seas un obstáculo. ¿Has elegido la amistad? Lo respeto. Sé mi amigo. Acompáñame a lo largo de mi vida, porque perderte es lo último que quiero... Pero pongamos límites a esto. Salvemos lo que queda de nosotros, aquello que no es tóxico ni está podrido... 

- ¿Con quién has hablado de esto? Porque esta no eres tú - me mira.

- Soy yo, y más que nunca. Me he cansado de esperar. De esperarte. A ti, a Samu, al otro... Estoy harta. Voy a vivir para mí. Y no voy a dejar que nadie me mareé. No me lo merezco, y si tengo que estar sola, voy a estarlo. Pero se acabaron los parches que no llegan a tirita, se acabaron los chicos de pega, los pof y toda esa mierda. Y no te estoy diciendo que me esté cerrando, que luego lo confundes todo y acabo siendo la culpable de todo, no. Te estoy diciendo que si quedo con alguien a tomar algo, es sólo un café. Un café que da pie a algo o nada, pero sin ningún tipo de compromiso. No quiero nada de nadie, ni una decepción más. Eso significa torear a los capullos, ser borde si hay que serlo, hacer la selección yo, y el que me moleste... ¡puerta! Es tomar las riendas de mi vida. Y sé que tengo muchas carencias, necesito afecto, mimos, cariño... Pero para estás tú, Belén, Rocío... Mis amigos. No necesito a nadie. Y la vida es mejorar cada día. Quizás tenga que pulir muchas cosas, pero lo voy a hacer, por mi. Porque cuidarme a mi, es buscar la suerte, es trabajarme esa suerte que siento que me ha abandonado.

- Te has vuelto a poner el escudo... - me responde.

- No hace falta ningún escudo cuando entrenas para ser más fuerte que el otro. Cuando trabajas y aprendes de tus errores. Cuando te dedicas solo a ti, y al resto que le den. Que me juzguen, que hablen, que hagan lo que quieran... Pero no voy a depender de alguien que me saque a pasear, ni a esperar a mi príncipe azul, y más un príncipe que tenga princesa. Estoy rancia porque se acabaron las gilipolleces, porque no te voy a reír lo que está mal ni voy a ser partícipe de ello. Quería que lo supieras... - le digo levantándome.

- No te vayas... Hace mucho que no te veo... Por favor - dice agarrándome de un brazo.

- Cuando sepas lo que quieres, házmelo saber. Hasta entonces, quedamos en distancia, ¿no? Vamos a respetarlo.

- ¿Cómo puedes ser tan fría? - me pregunta mientras me ve recoger mi mochila.

- Se llama crecer, o madurar, o experiencia... Los unicornios se extinguieron, y los arco iris salen muy de vez en cuando, y la vida no es rosa. La vida es de tantos colores como tú la quieras ver. No es frialdad, es salvarse uno mismo. Es ser, en cierta parte, egoísta. Es cuidarse. No dejarte los pedazos de corazón en una guerra que no tiene fin. Mi corazón es mío y no pertenece a nadie, y jamás, nadie, tendrá el poder de volverme a romper. No me compensa. Ya no. Hay cosas que tienen que ser fáciles, bonitas y maravillosas. Cuando en la ecuación entran las lágrimas y el dolor en el pecho, es que no va. Y si no va, no va... Nos vemos.

Se me queda mirando en silencio.

- No es una despedida - le miro - Te estoy dando el tiempo que yo me he tomado para replantearme muchas cosas. Ni siquiera te pido que luches por mi, porque lo tienes todo hecho, pero no me vale cualquier cosa. No me valen las migajas, ni los cinco minutos sueltos que tengas por ahí... Porque no me lo merezco, ni por tu parte, ni por la de nadie - abro la puerta y salgo, esta vez sin mirar atrás.

Pisando fuertemente sobre mis pasos. Sintiéndome en cierta manera, aliviada. Fuerte, segura. Duele, claro, no soy fría ni de piedra. Pero hay amores que matan, y ya una tiene callo...

Patri Izquierdo Díaz


Destrozar tu vida

Yo sólo te pido una oportunidad. Una para destrozar tu vida y así poder crear una nueva juntos. Como unir dos heridas con la misma tirita. Coger todo lo malo de nuestro pasado y dejarlo atrás, justo en lo que éramos antes de crear el nosotros desde el que poder empezar de cero. Llegar al punto de que llueva, truene e incluso azoten huracanes, y que a nosotros sólo nos preocupe tenernos cerca, mientras observamos desde la ventana, abrazados, cómo el mundo se va a la mierda. Sortear penas y desgracias con abrazos y "estoy contigo".Celebrar éxitos y alegrías con el pestillo echado y cerveza barata. Que lo quieras todo, y que no te vaga si no es conmigo. Que ya no sepas cocinar si no es para dos, y que tus calcetines se líen con los míos en el cajón, con la excusa de buscar a su pareja. Que nuestros lados de la cama sean siempre uno encima y el otro debajo.

Ya sé que suena a utopía, pero a mí... lo intentamos.

Dame esa oportunidad. No te aseguro que vaya a ser fácil, pero sí que llegará el día en el que no pares de sonreír y en el que no te sientas mal por cosas pasadas que ya no tienen remedio, y eso sí que te prometo que va a merecer la pena.


Cosas que me gustan

Me gustan las personas que cuando viajan en metro sonríen en los cruces de miradas, pero no tener que esperar al siguiente tren. La cerveza Desesperados y el ron con Coca Cola. La gente que brinda conmigo sin conocerme cuando va borracha. Esforzarme por algo y conseguirlo. Comer con mi familia los domingos en casa y repetir plato. Dormir solo. Despertad con alguien. Ver, por decimoquinta vez, películas que me encantan, aunque me las sepa de memoria. Las canciones de mi móvil que me recuerdan a algo o alguien. Y también las canciones de desamor, pero no sufrirlo. Coger de la mano y que entrelacen mis dedos. Que me digan que puedo con todo. Abrazar. Y que me abracen. No me gustan los aviones, pero si me lo pides tú me subo a uno contigo. Me gusta ir corriendo a todas partes porque siempre llego tarde. Mi color favorito es el azul. Me gusta estar rodeado de gente, pero a veces también estar solo. No me gusta que me juzguen. Ni los lunes. Ni las despedidas, pero sí los reencuentros. Me gustan las fotos que me pillan desprevenido, y más aún los planes improvisados. Todo lo que tenga que ver con luchar por ser feliz.

Y lo que siento contigo.

Eso es lo que más me gusta.


viernes, 26 de junio de 2020

Eso es amor, joder

Que no os engañen, quienes afirman no creer en el amor son aquellos a los que les da miedo intentarlo. Y punto. Hay quién dice que no quiere volver a sufrir por nadie. Otros que buscan, pero... nada -sin ilusión alguna, cuando ésta es la clave de todo-. Y los peores, los que afirman que están mejores solos.

Dicen que mejor estar solo que mal acompañado, pero... ¿mejor solo que perfectamente acompañado? Porque estar solo, a la larga, mata. Estar junto a alguien común, a la larga, cansa. Pero estar junto a alguien especial, a la larga... lo es todo.

Me revienta las personas que presumen que se está mejor solo, sin sentir ni querer -así nunca te parten el corazón-, añaden. Como si nos hubiesen dado el corazón para tenerlo sin un arañazo el día que nos muramos. Porque lo que más me fascina del amor es que, cuanto más te han hecho sufrir, más valoras a esa persona cuando llega.

¿Cómo vas a valorar algo que no te ha costado nada?

Eso es el amor, joder. Que te traten mal toda la vida, y aun así seguir sonriendo a la siguiente persona que te quiera.

Por si acaso esta vez es la buena.


Ojalá pudiera

Ojalá pudiera borrarte esa cara de tristeza.

Borrarte la expresión fruncida que reina en tu rostro y pintar encima una sonrisa, con cariño, como un niño que no quiere salirse cuando colorea.

Prohibir que agaches la cabeza en todo momento, teniendo como única excepción cuando te pones esos tacones que tanto te gustan.

Convertir en permanente ese brillo de ojos que gastas cuando sueñas; ese que tú, chica soñadora, luces a todas horas con tus ilusiones y tus historias.

Ojalá.

Yo sólo puedo intentar que no pares de reír nunca, y esta ahí, siempre, esperando que vuelvas a ser tú. Porque no depende de mí que te deshagas de esa tristeza, pero si huyes de ella, voy a poner todo mi empeño en que no vuelva a encontrarte.

Tú sólo vuelve a ser tú.

Yo me encargo del resto.


Hazle morder el polvo

No compitas.

No te compares.

No te fijes en lo demás.

Cuando quieres conseguir algo, digamos que marcas un camino entre donde estás y donde quieres estar. Y, ¿te cuento un secreto? En ese camino va a haber siempre alguien por delante de ti. Alguien que empezó antes, alguien que es más rápido, alguien que es más listo... Precisamente por eso, si hay una guerra que no se puede ganar, es la de las comparaciones.

Además, para conseguir las cosas más importantes necesitas el 100% de tu atención. Y si te dedicas a mirar al resto, si les declaras como rivales y te distraes con lo que hacen o dejan de hacer, siempre vas a acabar frustrado porque alguien te va ganando. Y por paliza. Siempre.

Un día me contaron que "las comparaciones siempre son odiosas". Yo, con los años, he aprendido que es una verdad a medias, porque no hace mucho descubrí que hay un rival con el que te puedes comparar y al que siempre debes ganar: tu "yo de ayer". Ese que te empuje a ser "hoy mejor que ayer, y mañana mejor que hoy". Lento o rápido, pero sin parar de avanzar. Un día, y otro y otro más. Semana a semana y mes a mes.

Insisto, no te compares... con el resto. Eso sí, a tu "yo de ayer..." a ese hazle morder el polvo.


Eso lo explicaría todo

Siempre he querido pensar que soy duro. Alguien que bueno, se viene abajo de vez en cuando, pero que siempre se levanta. El problema es que, como todos, sufro una guerra que no se puede ganar: la del amor. No sé cómo combatir en ella. Me siento incómodo cuando mi estado de ánimo depende de otra persona. Aunque me haga feliz, porque al mismo tiempo me hace sentir frágil, indefenso y diminuto. Quizá esculpa de tanto fracaso y tanta decepción, o que quizás simplemente soy un cobarde, pero cuanto más feliz me hace sentir alguien, más pienso en el batacazo que me pueda dar si sale mal. Seré que con el paso de los años es más difícil actuar sin pensar. No los sé. Al igual que tampoco sé bien por qué sigo intentándolo cuando aparece alguien, si sé que lo paso tan mal.

Quizás es porque el amor se resume en alguien que aparece cuando menos quieres y que te hace sentir que hay que volver a intentarlo, dando igual todo lo anterior a esa persona.

Sí, quizás eso lo explicaría todo.


La chica de clase

Yo no te había visto en mi vida, pero, un día, por casualidad, coincidimos en clase. No recuerdo por qué, pero lo hicimos. Y me impresionaste tanto que no pensaba en otra cosa que no fuese en volver a coincidir contigo. Al final volvimos a hacerlo y, tampoco sé bien cómo, pero rápidamente nos hicimos grandes amigos. Inseparables para todo. Estábamos siempre de cafés, estudiando, en la facultad y saliendo de fiesta. Para todo, siempre juntos. Recuerdo que llegamos hasta un punto en el que no podíamos estar el uno sin el otro.

Yo no quería, pero enseguida noté que me estaba enamorando de ti. No quería porque sabía que mi yo enamoradizo estaba haciendo de las suyas, y era lo último que necesitaba. Pero ese otro yo no paraba de meterme en la cabeza que, si estábamos así de bien como amigos, cómo podríamos estarlo como pareja.

Yo me resistí cuanto pude, pero al final venció... y e acabé enamorando de ti.

Supongo que desde entonces he comenzado a pasarlo mal. Creo que es, sobre todo, porque me da miedo que en cualquier momento llegue alguien que te guste y que te aleje de mí. Digamos que por eso es como si me sintiese lo obligado a tener que, de algún modo, mostrarte mis sentimientos lo antes posible. Y me quiero lanzar, pero no sé cómo hacerlo. Además, me da miedo perderte en caso de que no me correspondas, pero también me da miedo no intentarlo y que alguien se me adelante. No lo sé, el caso es que estoy todo el día dándole vueltas y siempre termino cabreado.

Al final los días pasan y las palabras se me siguen atragantando. Y ahora, cada vez disfruto menos contigo al mismo tiempo que cada vez sufro más más por ti...

Cuando sólo te veía como una amiga todo era más fácil.


Decepción

No voy a decir quién es la persona que he tenido en mente todo el día. No hace falta, quiero hablar de mí. Sólo de mí. 

He confiado en alguien. Me he abierto, me he ilusionado como hacía tiempo que no lo hacía. Me he dejado llevar y he sacado a pasear al unicornio. He pintado cuentos de hadas de color rosa. He soñado y me he declarado. Me lancé a una piscina que tenía algo de agua, pero no la suficiente como para amortiguar la caída. He hecho todo lo que estaba en mi mano apostando, todo lo que tengo, o lo que me quedaba. Puse las cartas sobre la mesa al poco tiempo. Sin miedos, decidida, sin pensar en el mañana, ¡qué digo! Sin pensar, sin escuchar, como siempre, a los demás.

Tenerle de amigo, significaría hacerme daño a mí. Y ya, nadie, absolutamente nadie, tiene el poder en sus manos de hacerme daño. Tenerle de amigo, es como tener un tío en Alcalá (que ni tiene tío, ni tiene na). Su visión de la amistad, es muy diferente a la mía, sin embargo, ansía lo que yo tengo, tener amigos de verdad. Pero no ha escogido el buen camino. No conmigo. O simplemente, es que ya no paso ni una.

No somos amigos, ni creo que lo vamos a ser nunca. Sinceramente. Hablo siempre, desde mi punto de vista, y ayer, tras una llamada de teléfono, lo dejé todo bastante claro. No soy el salvavidas de nadie. Y más cuando yo a esa persona no la veo como amigo. Le he dado espacio, me he ido yendo, desapareciendo... Y él me busca. Intenta llamar mi atención de muchas maneras diferentes. Pero toda su historia, su forma de ser, ha hecho quitarme la venda de los ojos muy pronto, ¡y doy gracias! Porque como dice mi amigo Dani, esta historia iba acabar mal y yo como única perjudicada, y como suma a esto Belén me dijo que él tiene el papel cómodo: tenerme ahí con cuatro detallitos bonitos. No señor, ya no soy la chica que se enamoró de un motero por un par de ojos azules. De todo se aprende. De todo sales más fuerte. Y quizás haya perdido la sensibilidad, que en el fondo, me caracterizaba. El don de ayudar a la gente. Pero en esta historia hay un factor fundamental: la decepción.

Estoy decepcionada con él, con su historia, su personalidad, su forma de hacer las cosas. Y creo que él no se ha percatado mucho, puesto que piensa que me la va a dar. He cambiado una cosa de mí, no discuto las causas perdidas, ni muevo un dedo por nadie que no sea de mi círculo de amigos (esto también lo he aprendido recientemente. Mis amigos son lo primero), tampoco me va la vida en salvarle a él cuando la que tiene que salvarse soy yo. Y desde aquí, como siempre y siempre, Belén, gracias por entenderme al dedillo, y cuidarme, porque sabiendo como soy, en esta historia, a la que quieres salvar es a mí. El "me preocupas tú" de uno de sus audios... Me ha llegado muy adentro. ¿Por qué? Porque de una decepción, de otra más, es difícil salir. Y que tu amiga, en este caso ella, siga apostando por mi, después de todo... Es que es para quererla inmensamente. 

La conversación de ayer me ha dejado tocada, pero no hundida. Tocada porque... Me ha decepcionado una persona que creía que había cambiado, y sigue siendo el mismo que yo recordaba. Y me he cansado de dar por quien no da nada, o te trata como una opción o simplemente no tiene tiempo. Esta historia me recuerda mucho a la de Belén. Y yo no quiero eso... No quiero darlo todo por alguien, cuando yo para él soy la opción Z, o ni siquiera soy la opción. ¿Sabéis una cosa? El enfado se me pasa rápido, al igual que la rabia, la ira... o la venganza, que ni siquiera he llegado a sentirla nunca. La decepción se graba a fuego muy muy lento en la piel... Y te hace una señal para toda la vida. No se borra. Es muy difícil recuperar ese estima hacia esa persona. Imposible, casi. No es un fallo, ni un error, ni un enfado, ya que eso es lo normal. ¡Somos humanos! Cometemos errores. La decepción llega cuando esperas más de alguien y él solo busca quedar medio bien, o quedarse en su zona cómoda.

Hace un año, probablemente, hubiera estado detrás dando todo por esa persona. Incluso, hoy me he levantado y he pensado en él ¿cómo habrá dormido? Ya que ayer estaba hecho una mierda. Pero no le he escrito. No me sale. Si lo hiciera sería falsa. No me sale porque no me corresponde a mi cuidarle. Ni estar ahí. No puedes ayudar a nadie que no quiere ser ayudado. 

No voy a hacer de esto un drama, y creo que es la primera vez. No me apetece tampoco, solo quería exponer mi gran decepción. No me duele. Pero cansa. ¿Cuántas van? Cansa mucho... Y me ha pillado en el momento de mi vida, en el que estoy en reformas. Estoy trabajando en mí misma, disfrutando de mis amigos como nunca lo había hecho, haciendo lo que me apetece porque solo me apetece a mí. Y quiero seguir así. Quiero seguir creciendo, como dice Belén, o madurando, o cambiando... O simplemente aprendiendo de mis errores. Desde la paz y la tranquilidad, sin dolores de cabeza porque esperas un mensaje que nunca llega. Ya no. Ya únicamente soy de los míos, y de mí misma.

Patri Izquierdo Díaz


¡Alguien NORMAL!

Esta entrada me va a costar escribirla. Es... especial. 

¿Os acordáis del chico que encontré en Pof que era NORMAL? Seguramente no, porque ni siquiera me acuerdo yo de esa entrada, tuvo que recordármela él. Dije que era la aguja en el pajar. Aquella que era tan difícil de encontrar. Llevamos un año hablando, intermitentemente, pero hablando. Y por fin, el lunes quedamos.

Es más guapo en persona, todo hay que decirlo. Y sentí que le conocía de toda la vida. Creo que tiene una sensibilidad increíble, y una empatía asombrosa para ser un hombre. Y es que, él, sabe y conoce muy de cerca los temas que yo plasmo en mi blog. La experiencia siempre es un grado. Y el haberse empapado de toda mi historia a través del blog durante tanto tiempo, sabía de qué palo iba. Por la sensación que me dio, creo que confirmó muchas suposiciones que él creía o intuía de mí. Sentí que podía ver a través de mi escudo. Y eso es inquietante y da un poco de miedo, pero al hablar y hablar... Y hablamos mucho, solo prende cuidarme. Sentí que en él había despertado un instinto protector. Puede que me esté colando, pero esas cosas se ven en los ojos, en cómo miras, o cómo gesticulas... o en detalles que pueden pasar desapercibidos. 

No sé qué pensará él de este primer encuentro. En teoría es un chico de Pof, el número 20, pero... Para mí no lo fue. Este chico lleva teniendo nombre y apellidos mucho tiempo. ¿Sabéis una cosa? Es del barrio del motero. Soy el colegio electoral de esa calle. ¡Todos a mí! Increíble...

La verdad es que me encantaría quedar con él. Seguir con conversaciones más o menos profundas, y valoro mucho su punto de vista, ya que te lo da, sin bailar el agua, abiertamente, y con una explicación argumentada que hace callarte y pensar que quizás, y solo quizás, puede que tenga hasta razón.

Ha sido una bonita experiencia... Creo que la mejor de los Pof... Por fin algo saludable, de calidad y que no viene a darte problemas, todo lo contrario. Viene a cuidarte un poquito porque es el primero que ha visto de qué pie cojeas, y que a veces, aunque no lo reconozco, sigo siendo el pollo sin cabeza de hace unos meses...

Patri Izquierdo Díaz


martes, 23 de junio de 2020

¡112!

Sí, lo confieso ya. El vecino del motero ha vuelto a mi vida. De una forma diferente. Sí, sé que siempre digo lo mismo. Pero me habla todos los días, para preguntarme qué tal mis citas, qué tal el curro, qué tal... Y para, cómo decirlo... acercarse a mi para contarme algo que le inquieta pero nunca termina de hacerlo. Me está usando de escape, lo sé. Quiere evadirse de aquello que tiene. Mi tendencia a ayudar a la gente, hace que esté ahí. Exponiéndome, una vez más. Dejando una ventana abierta de mi escudo. Da miedo, ¿verdad? A mí mucho. 

El morbo, el aquí te pillo y aquí te mato. Los polvos a deshora. Molan. Son adictivos. Y así llevamos casi un año. Con tira y afloja. Solo que esta vez ha cambiado. Ahora la que dirige esta relación, si así se puede llamar, soy yo. Yo le pido, y él viene. Y si no puede, hace lo imposible por venir. ¿Perderme? No deja de perderme, ni cuando me manda a Narnia. Y la verdad, es que siempre me encuentra. 

Para mí es sexo. Lo sé. También sé lo que es usar a una persona como parche para aquello que te da dolor de cabeza. Pero es nuestra relación ha sido así desde que le conocí en Pof. De necesidad... de urgencia... de 112.

Patri Izquierdo Díaz


El de Villaverde... Número 19

Guapo. Muy guapo. Guapísimo. Pero no sabe unir las vocales con las consonantes. Piensa que leer no te hace más inteligente, puesto que hay muchas personas que son cerebros sin conocer lo que es un libro. Que mi profesión se basa en contar cuentos y poco más, no somos necesarias en la vida. El que opina que si eres feo, no tienes derecho a vivir, y que se dignó a hablarme porque soy "follable" y una cara bonita. Y por supuesto que el mejor museo de Madrid, es el de cera.

Ok.

No tengo nada más que decir. ¡Next!

Y que una persona así, me bloqueé a mí... Me río por no llorar. ¡Que te jodan! Por eso preferías los audios, ¿no? Porque leer los mensajes, no se te daba bien. ¡A mí si que no se me daba bien leerte, que se me iban a caer los ojos al ver tanta falta de ortografía junta! Putos Pof...

P.D. ¿Hace falta que os comente cómo acabó la cita? Por si acaso, me levanté sin decir más y me fui, ya que me aconsejó que la vida me enseñaría a quedarme en el físico... "Aún tienes que aprender mucho, cara guapa". A lo que respondí. Aún tienes que buscar tu lugar en el mundo, gilipollas.
Patri Izquierdo Díaz


domingo, 21 de junio de 2020

Solo contigo

Tumbado en la cama y escuchando tus canciones. Pensando en ti mientras se reabre la herida que me dejaste. Sólo consigo dolor, pero es la única forma que se ocurre de "sentirte cerca". Un truco para no olvidar que un día fuiste real.

Yo siempre he bailado solo. Soy demasiado soñador, y con tanto sueño es fácil que me desilusionen pronto. Por eso no estoy acostumbrado a echar de menos, porque nunca da tiempo a que nadie se quede conmigo lo suficiente como para que me acostumbre. Añoro, pero no echo de menos. Me es imposible.

Tú duraste lo suficiente, no para acostumbrarme a estar contigo, pero sí como para no saber estar sin ti, conociéndote. Y echo de menos eso, seguir conociendo todas las manías, gustos e historias que no tuve tiempo de descubrirte.

Sólo me quedan tus canciones y mi herida. Y el "sin ti" que hace que te compare con todas, haciéndolas aburridas.

Porque puedo con otras, pero quiero contigo.

Sólo contigo. 



Yo podría explicártelo

Yo te podría explicar lo que se siente cuando cada persona que pasa por tu vida te destroza un poco más, poniendo su piedra en una herida que empeora tras cada decepción.

Yo te podría explicar lo que es llegar a pensar que vas a estar siempre solo, de ilusión a desilusión constante y con alguna lágrima derramada entre medias.

Yo te podría explicar lo cabrón que puede llegar a ser el destino cuando se empeña en repartirte cartas de las que no ganan mientas luchas por tus sueños.

Y yo te podría explicar que basta una sola persona para volver a levantarte buscando guerra, confiando en uno mismo y no en azares, mientras te juegas todo por ella porque notas que lo puede merecer.

Eso sí, esto último no podría explicarlo sin ti.


El futuro es mío

Hay veces que parece que yo solo me echo la patilla. Y todo es porque, si a algo estoy acostumbrado, es que al final todo se tuerza y salga mal. Es como cuando me atrevo a pensar "ahora mismo soy feliz", y siempre, al siguiente día, algo pasa y se tuerce. Y vuelvo a estar otra vez en el "casi feliz". 

Pues ya se ha acabado el tener miedo, el despertar viejos fantasmas y el recordar cagadas o decepciones.

El futuro es mío, y el pasado, por muy malo que haya sido, no puede evitarlo


Me gusto

Ojalá me hubiese dado cuenta antes de que las opiniones de los demás no valen nada, de que no hay que esconderse tras filtros de Instagram y de que la única de alcanzar la perfección es aceptar a nuestras imperfecciones como lo que nos hace diferentes del resto.

Me gusto con mi peso y altura.
Me gusto con la cicatriz que me hice en la frente de pequeño.
Me gusto con mi tono de piel blanco nuclear.
Me gusto con todos los ridículos que he protagonizado.
Me gusto con mi forma de ser.
Me gusto con mis ideas de ser.
Me gusto con mi manera de vestir.
Me gusto con mis aficiones.
Me gusto tal y como coy.

Y si a ti no te gusto... NO MIRES.


Arde

Arde, pero dentro arde. Puedes cabrearte, insultar, negar y renegar, que en el fondo arde.

Recuerdo efímero pero intenso.

Sentimiento autodestructivo.

Te regocijas con lo que sentiste, y te estremeces porque nunca lo volverás a sentir. No lo volverás a sentir porque es ceniza, y la ceniza nunca vuelve a ser madera. Y lo peor es que aún te arde, porque , cada vez que la vez, te crees capaz de obrar el imposible de convertir ceniza en madera.

Un imposible que te hace sentir y que a la vez te arde.

Te arde, inútilmente, como si todavía se pudiera.


Yo y mi manera de mirar a mis amigos

He estado buscando por internet que significa la palabra amistad, y no esta definida. En realidad, me parece lógico. ¿Por qué? Pues tan sencillo porque creo que no hay una definición exacta. Cada persona la siente a su manera, en muchas ocasiones, dependiendo del otro/a. Por ello, cada uno elige a sus amigos y el mismo los define. 

Soy una persona muy selectiva que tiene muy claro que, aunque hable con mucha gente, no todos son mis amigos. De hecho, mi madre siempre me insistió en eso de que “un amigo es un tesoro” y que los amigos se cuentan con los dedos de una mano… ¡y qué verdad! 

Pero con el paso del tiempo, me he dado cuenta que no podemos juzgar la manera de mirar la amistad de otra persona. Ni amistad, ni ningún tipo de relación. Porque no sabemos cuáles son las condiciones y mucho menos los sentimientos que existen.

Para mi todo aquello que implique sentimientos, es algo tan amplio como el mundo. Asique podemos hablar y hablar sobre estos temas… que siempre nos parecerán incompletos. Yo, si me miro el ombligo, creo que cada uno de mis amigos cumple una función en mi vida. Como he dicho antes soy una persona muy selectiva que no escogería a todas las personas de mi entorno para hacer una misma cosa. Hay amigas con las que no iría de compras, porque sé que no tenemos el mismo ojo. Hay amigas con las que no iría de fiesta, porque se que no m aguantan el ritmo. Hay amigas a las que las noticias se las doy una vez que me he gestionado y a otras, se las suelo a bocajarro. Hay amigas con las que me perdería en una isla desierta y otras con las que me pierdo en Madrid. Con el genero masculino, soy aun mas selectiva, es cierto que siempre me he llevado mejor con ellos, pero seamos realistas, hay veces que las intenciones se confunden o simplemente no van a entenderme igual. Por ello, quizás se lo tenga currar un poco más, pero si te llamo amigo, se que va a ser para siempre. 

¿Qué características debe cumplir una persona para ser amigo? Pues, no lo sé. La historia esa de estar, de hablar, de verse… Está muy bien. Creo que es necesario el contacto humano, para todos. ¿Pero si hay X kilómetros de por medio ya no pueden ser amigos? Por esa regla de tres, me quedan dos meses de tener amistad jajaj, pero no, confío en que la gente que es de verdad, aunque me pierda una temporada entre los alemanes, me esperaran, estarán y si me apuras irán a buscarme. Igual que se, que las amistades del pueblo, son para toda la vida, aunque solo las veas dos veces al año. 

Creo que no con todos mis amigos tengo la misma amistad. Dentro de mi circulo, hay gente que es más importante. Es inevitable y hay ocasiones en las que no es reciproco. Pero hay ciertos detalles que marcan, y dan puntos, aunque no se lleguen a entender muy bien. 

Para mí también es importante mantener el contacto con mi gente, pero creo que lo que mas define una amistad es poder contar con esa persona, aunque no hables todos los días, no la veas todos los fines de semana o haya algún problema entre vosotros. Amigo es el que sabe lo que es importante. Amigo es el que cruza contigo el océano y a veces, no pregunta porque, simplemente nada contigo. 

Bueno, este es mi punto de vista mas o menos, sobre la amistad Patri, releyendo tu entrada, para darte mi opinión sobre esas preguntas que lanzas al aire... puedo decirte que, creo que cuando una persona es realmente importante, el orgulloso solo perjudica. Pierdes mas sin dar el paso. Y que no eres más débil por dar una disculpa, dar tu el paso y decir que no quieres perder a esa persona. Te hace mas persona. Siempre hay otra parte y hay que estar preparado para todo lo que llegue. Pero no hay mejor almohada como dormir sobre una conciencia tranquila. Y creo, que el tener problemillas, tener malas temporadas, el hacer “mal” a la otra persona, disculparse, entender, escuchar, discutir… Entra a formar parte de todas las relaciones existentes. Pero siempre digo y diré, que lo que es de verdad no acaba. Solo son paréntesis. Entonces no es recuperar, simplemente es reanudar.

Belén Triguero Guijarro


Ell@s son lo primero

Primero quería agradecer, ya que estamos hablando de amistad, por supuesto, a BELÉN. Por estar siempre, siempre, siempre. Ser el primer mensaje de la mañana y el último de la noche. Preocuparse, atenderte, comer pipas si hace falta, o inflarnos a helados. Mover hilos, cielo y tierra por verte sonreír. Por el gran viaje que nos vamos a marcar en quince días, y porque creo que después de tantos años, nos merecemos algo así, como una luna de miel. Además en la mejor compañía. No puedo pedir más. Sé que escribo mucho de ella, y la digo que la quiero cuarenta mil veces, pero es que se me va... Y tiene que quedarla claro. Porque los alemanes no son así, y porque es una rancia sino estaría mordiéndola los mofletes todos los días. Pero es una personas, la cuál, considero que es una AMIGA, es la persona por la que tengo el concepto que tengo de la amistad. Porque me ha enseñado la parte bonita y la parte no tan bonita, y eso que la amiga... tiene lo suyo. Pero de eso va, de ser nosotros mismas y aun así, estar.

Quiero hablar de mi BOLLO, que me tiene muy consentida. Me haces reír como llorar, y llorar como reír, que me sacas de mis casillas, pero que se te hace todo poco para verme sonreír. No me faltes nunca, porque contigo pierdo el rumbo y mi suerte. Porque la suerte me vino sola. Que te quiero, que te voy a querer toda la vida, y confío en ti plenamente porque superamos todo. Todo. Y eso es un equipo. A pesar de todo... A pesar de... Estás ahí, y eres mi mejor regalo.

Madre mía, ¡el texto crece! Otra persona que me consiente todo, como llevarme al chino a cenar. O de viaje. Y que me cuida como si me fuera a meter en una burbuja. Mi DANI, que no le gusta que le diga cosas bonitas, pero te has convertido en mi día a día, y mi rutina es el blog. Mis viajes contigo son alucinantes, y el que viene... ¡Va a ser lo más grande! ¡Que te súper quiero! Y gracias por los servicios como dices tú. Por hacer lo que sea por verme bien. Por volar si te necesito... Por tener las palabras adecuadas en cada momento, o los silencios, que también son importantes.

Y quiero meter a CRIS, por sus largos paseos, charlas, broncas, más broncas, más y más broncas. Y bueno, supongo que algunas tienen efecto. Otras, cari, lo siento pero no paso por el aro, ya lo sabes. Pero gracias, siempre, por estar ahí, desde los tres añitos.

Con las demás, no he podido quedar pero gracias por haber respondido tan rápidamente al 112. Sois geniales, sois todo en mi vida. Lo más valioso, mis tesoros. No os puedo querer más: Rocío, Sonia, Gema, Clara, Sandra, Nines, Paula... Os adoro.

Patri Izquierdo Díaz


AMIGOS.

Buenas tardes a todos.

He estado desaparecida un tiempo, incluso de mis amigos. Y hoy es domingo. Día de reflexionar mucho sobre las cosas. Esta semana, mi vida ha tomado una nueva dirección en cuando a lo profesional. Pero ya os lo contaré más adelante. Ahora mismo no me apetece hablar del tema.

¿Qué es un amigo? He estado dando muchas vueltas al concepto que yo tengo de ello, y al que otras personas tienen. A rasgos generales, creo que los chicos lo ven diferente. No. Es que tampoco es eso. Como veis, mi reflexión será con vosotros al otro lado de la pantalla, y me gustaría saber vuestra opinión también. 

Hay amigos con los que hablas a diario. Para mí, Belén, por ejemplo, o Clara, o incluso Rocío. Son imprescindibles en el día a día. Me gusta contarlas todo desde que me levanto hasta que me acuesto. Y ellas a mí. Es una "necesidad" de estar comunicados, de... dios mío, ¡me he roto una uña! Y Belén diga: ¡dramón! Y nos riamos de ello. Cristina, contesta cada tres años, pero cuando está, está. Hablamos de todo y nos ponemos al día enseguida, y si la cosa se alarga, nos vamos de paseo perdiendo la noción del tiempo y del espacio (como ayer). Y vuelvo a decir que en los chicos, también funciona así. No lo sé, tengo dudas. Pero con mi amigo Dani, son 24 horas hablando, con Jorge en su momento igual. ¿Con el Bollo? ¡Si parecemos siameses! 

¿Qué es la amistad? Hay algo que sí tengo claro. Y es que la amistad, es estar. Estar cuando la otra persona te necesita o no. Es verse, es quedar, es viajar, es mandarnos a tomar por culo muchas veces y discutir, porque no podemos estar de acuerdo en todo. Es darnos el paseo a Narnia y volver. Volver para estar. Es la preocupación por esas personas, la alegría de cuando consiguen algo, la tristeza cuando están mal. Es sentarte en un parque a comer pipas, sin importar la hora que sea para buscar soluciones a los dramas. Es dar consejos horas y horas para que al final tu amiga, o amigo, haga lo que le salga del pie. Es estar.

Y otro pilar muy importante, es que ha de ser recíproco. Ninguna relación puede ir en una sola dirección. Uno solo no puede encargarse de remar. Creo que en la amistad y en cualquier otra relación. Podemos estar ahí para alguien, por supuesto, pero el otro no querer. ¡Y es respetable! Cada uno lleva un ritmo, cada persona necesita un espacio y tiene unas necesidades diferentes. Algunos somos más abiertos, otros más cerrados, otros cuesta más verbalizar lo que sentimos, otros lo escribimos... No todos somos iguales, pero sí que la amistad deber tener unos pilares únicos y fundamentales, porque sino carece de valor y no tiene sentido ninguno. Es perder el tiempo, y casi siempre pierde el tiempo uno de los dos. El otro, simplemente pasa. 

Os voy a contar el por qué de mi reflexión, quizás más adelante. Pero tengo algo que me inquieta y en cierto modo, me preocupa. También que últimamente he conocido a gente que se llama "amigo" y no lo es. No puede serlo. Personas que quedan porque no tienen más planes, o simplemente no quedan y no te ven la cara hasta dentro de otros diez años, personas que ponen todo el libro de las escusas encima de la mesa... Pero son amigos, ¿eh? No lo entiendo. 

Con la que más he tratado este tema es con Belén y con Cris. A Belén me gustaría pedirle que hiciera una reflexión para el blog sobre esto porque su punto de vista me parece muy interesante. Ella siempre ha intentado buscar el por qué de las cosas, ponerle un nombre a todo, precisamente para entender y por supuesto verbalizar todo lo que pensamos por el mismo motivo. Es una abanderada de la comunicación, porque, tiene toda la razón, así es más fácil la relación entre personas, ya que aún la telepatía no la llevamos integrada. 

Esta reflexión viene a cuento de un antiguo amigo, muy antiguo. Del instituto. Hace un año dejamos de hablarnos. a mi juicio por una tontería, que se convirtió en orgullo y cabezonería. Le he escrito, anoche, tras hablar con las chicas, hoy no he obtenido respuesta... El paso está dado. A veces, comer orgullo no está mal para la dieta. ¿Se pueden recuperar amistades? ¿Nos debemos comer el orgullo ante personas que queremos? ¿Dejar de hablarse por una tontería está dentro de la amistad? ¿Una amistad cuándo es sólida? ¿Es necesario hablar y quedar para consolidarla? 

Hay muchos actos que cometemos que el otro puede entender que pasamos o nos importa una mierda. Hay muchos actos que no controlamos y que quizás no somos conscientes. El amor, juega un gran papel en este sentido. Querer a una persona es otro pilar más de la amistad. Todo lo que ella nos aporta, aunque sea una cerveza en los momentos más bajos o en los más bonitos. Es un tema muy complicado y ya no quiero meterme en como se pasa de la amistad a algo más. Es un tema más pantanoso. No sé si hice bien ayer escribiendo. No sé si he de respetar que cada uno tenga su propia opinión de la amistad, pero vuelvo a decir, que hay unos mínimos que entran en la definición del concepto y que para mí, son inamovibles. 

Espero todas vuestras respuestas, ventanitos.

Patri Izquierdo Díaz