Sé que no soy el primero ni el último idiota
que se juega la bolsa, la vida y el alma por ti,
el futuro contigo es seguir tu tacón de Pandora,
el presente a tu lado un pasado del que huir.
Tengo que hacer testamento por si sobrevivo
dejaré mi epitafio en tu ombligo pintado a carmín,
mi venganza es la torpe esperanza que los que han perdido,
la nostalgia es la única foto que guardo de ti.
No te voy a engañar, tengo poco que dar,
mis anhelos, mi rabia, mis fobias.
Soy un hombre normal, es la curiosidad
la que me hace perder tus formas,
la que me hace olvidar tus normas.
Eres mi fruta mortal, mi anticristo y mi diosa,
mi ascensión, mi caída, mi sombrero de espinas rosa,
mi consuelo de tontos, mi canción para sordos,
mi noche sin sal, mi tesoro en el fondo del bar,
mi armadura hecha escombros.
Sé que no soy el primer ni el penúltimo idiota
que ha intentado atrapar una sombra con un calcetín,
fui tan necio de abrir de un tirón tu cajón de Panora
y la ropa interior que olvidaste lloraba por ti.
No te voy a pedir, yo no soy de insistir,
mi riqueza es negar tus limosnas.
Ya no suelo jugar, pero quiero apostar
todo al número impár de tus botas,
todo al rojo Channel de tu boca.
Eres mi viuda formal, alfiler de mariposa,
virgencita lasciva, San atea, miss mantís religiosa,
mi consuelo de tonto, mi canción para sordos,
mi estatua de sal, mi tesoro en el fondo del bar,
mi castillo hecho escombros,
mi armadura en mil trozos.
Luis Ramiro
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