Qué ridículo es todo cuando estás solo, cuando apenas hace cinco minutos tu vida era de colores chillones tan parecida al paraíso como a la felicidad. Por eso te aconsejo que aproveches cada instante, cada minuto, cada segundo de tu vida en el que eres feliz, porque nunca sabes lo que puede durar.
Tampoco sabes lo que tienes hasta que lo has perdido, y tras mucho pensar, compruebas que el tiempo ha pasado también y que las posibilidades de recuperar lo perdido son nulas. Lo único que tenemos es el presente, el pasado ya pasó, y el futuro lo marcas tú con tu momento.
Es complicada la duda, el exigir unas garantías a la vida de que te va a ir solo medianamente bien. Esto no es el guión de una película de comedia romántica. La vida, a veces es bonita, otras en cambio cruel, otras débil y otras simplemente maravillosa. Es una aventura que merece ser experimentada, aunque haya días en los que queramos tirar la toalla. Y es que a veces se nos olvida, que nuestra vida, es solo nuestra, y que la podemos compartir, pero no por ello deja de pertenecernos.
Pero es que tu ausencia se nota tanto... Que aún no sé como llevarlo, estoy perdida, desorientada, creo que hoy ni una brújula me ayudaría a encontrar mi camino de estrellas. Hazme una señal, un guiño y yo te espero o déjame marchar, pero abandonar simplemente porque es algo complicado o sin explicación alguna es de cobardes.
Es posible, que no te haya valorado como mereces, que no te haya querido lo suficiente, pero para mi ha sido y es algo complicado, me haces falta todo el tiempo, te busco por las calles olvidándome de que estoy en Madrid, sufro tu ausencia en todo momento y hecho de menos tus caricias, tus besos, tus manos pintando mi vida, mi día de los colores más bonitos, y me faltas tú, que eres lo más increíble que me ha pasado.
Aún no es tarde, piensa en todo lo que hemos vivido, en todo lo que nos ha marcado, en como hemos ido creciendo, como hemos cambiado, como nos volvimos a reencontrar... como ves, ahora soy yo la que te pide una vida contigo, sin miedos, con compromiso, con decisión y con lo más importante, con amor.
Es muy extraño cuando tenemos aquello que hemos anhelado siempre y luego estar sin nada al otro día, yo lo di todo por amor y me pagaron con deshonestidad y luego la inevitable traición, pero no me arrepiento de nada porque pude querer a una persona, y aprendí mucho aunque el costo fuere un corazón roto y triste, todo tiene un precio, pero sigo apostando al amor.
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