Por cada lágrima, una sonrisa. Por cada duda, un abrazo. Todos los "te quiero" de vuelta. Pedir perdón cuando se haya hecho algo mal. Y yo no te pido nada más. Y, sin embargo, te lo daré todo. Comprenderé que no me quieras, que me odies, que sea una pesada, que quieras estar solo. Pero yo seguiré allí, en mi esquina, preocupándome por ti, por si he hecho algo mal, por si te hice daño cuando nunca fue esa mi intención. Digo cosas que nunca serán verdad para evitar que luego todo sea peor. Soy una cobarde.
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