La cama está fría. Me muevo siempre sobre el mismo lado, es frío y es miedo, miedo a saber que ya no estás a mi lado. Busco tu cara con caricias y me envuelvo entre las sábanas. Voy a besarte y de pronto, choco contra la almohada mojada de tanto llorar tu ausencia. Intento retener el olor que dejaste, pero cada día se evapora más. A penas consigo recordarlo ya. Lo que si recuerdo, son tus caricias por debajo del pijama, tus besos de la madrugada, tus te quiero sin palabras, tan sólo con miradas. Tu risa sorda cuando me despeinabas. Juegos en la cama sin reglas, pero que acababan en grandes batallas. Victorias que sigo recordando en mi cuarto, ahora sin olor, sin color, frío y sin nada de lo que fue nuestro amor.
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