Allí jugamos como niños sin parar, tú me miras y yo aparto la mirada, tú me empiezas a besar y yo me separo sin dejarte hacer más. Esto no es una noche de luna y nada más, esto es una nueva canción que cantar, un verso que escribir, un cuento que narrar, un estribillo que tatarear. Esto es algo más, tanto que llega al corazón que pasa por la tripa haciendo una explosión, que baja a mis caderas creado el calor de la pasión y que llega a mi cabeza en forma de dolor, "No me hagas daño, por favor. Sería capaz de entregarte mi vida entera en esta playa, poniendo de testigo al mar, pero no juegues con sentimientos que nos pueden llegar a matar".
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