En silencio, como siempre, te espero

Esa mirada de un inocente de un niño,

ese abrir de alas al querer abrazar lo que se escapa,

metas que están en cuestas que no acaban,

almas escondidas para no ser atacadas.

Silencios en cuevas oscuras y cerradas, 

escondidos todos fingiendo que nada pasa,

el mundo peligra con tanta farsa,

¿y qué hacemos? volver la cara.

Tú pasas..., y ahora me arrancas la falda,

vives en un mundo lleno de magia, 

donde no hay mentiras ni estafas,

donde todo es un sueño que no acaba.

Ahora bésame como si no hubiera mañana, 

cuando amanezca, veremos qué pasa,

en silencio, como siempre, te espero,

al igual que la noche espera al alba.

Patricia Izquierdo Díaz