No eras un sapo, pero te besé y te convertiste en mi sonrisa.
Tal vez no seas un príncipe pero mi cielo nunca ha sido tan azul.
Esto no es un cuento de hadas. Esto es real.
En la vida real, los sueños también se cumplen.
Aunque yo nunca supe que tenía un sueño, hasta que ese sueño fuiste tú.
Laura Cuevas Hidalgo
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