Un bosque justo en medio de la cama,
un barco de cristal en el desierto,
un martes de llovizna sobre el puerto,
así comienza un torpe melodrama.
Tu cuerpo es solamente un fotograma
y yo un actor perdido e inexperto,
tu piel está en mi piel como un injerto,
odiar no estaba dentro del programa.
No puedo desquererte aunque lo intente,
los años no se borran con un trapo,
lo sabes aunque te hagas la valiente.
Y yo ni me hago el duro ni el chulapo,
tu príncipe de cuento, simplemente,
es otra vez tan sólo un triste sapo
Luis Ramiro
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