Ya sé que no merezco vigilar tus sueños.
Tú eres mi Cenicienta, que nunca tiene prisa,
una bala perdida hecha a mi medida.
Cuando me siento herido, me subes a un tejado,
y allí, la vida es menos puta si estás a mi lado.
Teniendo mil razones para no estar a mi vera,
te quedas por aquí compartiendo primaveras.
Tú eres coca-cola, yo soy el whisky barato;
mi mezcla preferida pa' ahuyentar el llanto.
Salimos a la calle cuando más llueve,
gritamos entre coches cuando todos duermen.
Rulo y la contrabanda
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