¿Qué haces cuando el hombre perfecto está a kilómetros de aquí?
Cuando necesitas ser acunada en sus brazos,
cuando la vida se ríe de ti,
cuando cada día piensas en lo lejos que está de mí.
Te conformarías con una cena sin velas,
con un copa sin llenar,
con una carta sin final,
con sentimientos que se quedan sin desvelar.
Todos los días se convierten en domingo,
en días de examinar el tiempo perdido y que ya no volverá.
Días en los que te sientas a esperar mirando al mar,
no viene nadie, ni vendrá. Él se fue para no regresar,
Es el peor poema contado de un amor sin final,
él está lejos y yo no sé viajar,
Yo estaré esperando y él se centrará en olvidar,
aquel amor, que por mucho que me empeñe, no volverá.
Patricia Izquierdo Díaz
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