Besarte era dar a la llave del contacto,
se encendía el mundo.
Fuiste la fuente sonde el hielo se convierte en agua
el epicentro de todo,
fuiste el apósito y a la vez -y sobre todo-
la herida.
Me rompiste el corazón de todos los modos posibles
y supongo que yo a ti también.
Por ti abandoné los restos de diplomacia
y me hice un alumno destacado
en la universidad del rencor.
Después intentabas arreglarlo
con una sonrisa comercial
-decías que todo cambiaría-
pero era sólo un ejercicio cosmético.
Y allí me instalé, en el número 17
de la calle desengaño, triste y gris
como el pulmón de un fumador
no porque te añorara -eso sí lo hice-
sino porque solo dijiste perdón
para conseguir algo a cambio.
Hubiera sido mejor de otra manera.
Si fuiste todo, si viajamos de la mano a ninguna parte
pero llegamos a todos los lugares necesarios
si volamos juntos
y me quitaste mucho,
¿cómo no vas a ser la destinataria?
¿Cómo sacarte del punto de mira?
¿Cómo no buscarte en otra piel?
Marwan
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