Ya de niña sentía el amor cada día,
al verte, suspiraba,
y a tu marcha, lloraba.
¿Por qué esa mirada continúa grabada?
Hace años que de ti,
yo no sé nada.
Pasé tiempo pensando qué hacías,
que pasaba en tu vida.
Pero ya nada importaba,
seguramente, ni te conocería al verte.
Con los años el reencuentro.
Tú vivías tu vida, sin miedo al mañana.
Yo, inconscientemente, te aguardaba.
Te buscaba en cada alma.
Algo pasó aquella noche,
donde nos miramos sin decir palabra.
Por primera vez, sentiste miedo, temblabas,
por ti, por mi, por esto que va creciendo,
Yo no tuve miedo,
te esperé, y aquí estoy de nuevo,
buscando la forma, entre beso y beso,
de que me digas te quiero.
Patricia Izquierdo Díaz
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