Recuerdo cuando te quemabas los labios con el café y fruncías el ceño. Apretando los labios. Respirando fuerte por la nariz. Y me reprimendabas con la mirada.
Y recuerdo que yo me reía. A carcajadas y sin pausa, mientras me anudaba la corbara, sumamente torpe, y abortaba misión después, cuando asumía que era incapaz de hacerlo sin tu ayuda.
También recuerdo que me repasabas como a un preescolar los pasos simplificados para atar una corbata. Y yo sonreía porque sabía que a la mañana siguiente me la volverías a atar tú.
Me equivoqué.
Jane RP
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