Pudiste haber tenido mis caricias,
mis huesos, mi conciencia y mi dinero,
un alma con sus celos y avaricias,
un cuerpo sin gimnasio pero entero.
En cambio tú me ignoras y desquicias
y yo escribo con sangre en el tintero
un cuento donde cuento tus delicias,
tú lee y no preguntes si te quiero.
No tengas algo especial que pueda darte,
tan sólo, si la quieres, mis rarezas
y un hombre que esté siempre de tu parte,
Tus gestos y palabras son las piezas,
no sé acabar el puzzle sin tu arte,
me faltas tú: Mi gran rompecabezas.
Luis Ramiro
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