lunes, 13 de junio de 2016

Heridas y tiritas

Hay poemas que pasan por nuestra vida, que son heridas.
Algunas desde el principio hasta el final. Otras aparecen para salvarte y terminan matando.
Lo intentamos todo: desinfectar, tomar calmantes para el dolor... y terminamos poniendo una tirita.
El problema es que siempre quitamos la tirita poco a poco, con el dolor en cada tirón, y algunas veces es mejor tirar de golpe, arrancando la piel sólo por una vez.
Cicatriz nos va a quedar igual, pero sólo una más bonita. Y aunque esté curada siempre escuece.


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