La sutileza de los silencios.
El callar para no dañar o dañarse a una misma.
Organizar emociones y dejar al otro que haga lo que le haga feliz, aunque no necesariamente te guste.
La sutileza de las lágrimas en soledad.
El permitir que los demás exploren y sepan que un silencio no es siempre estar enfadado o de acuerdo con sus actos o palabras: simplemente callar para más tarde hablar cuando, después de gestionar tus emociones, seguir hacia adelante en busca de una feliz plenitud.
La sutileza de los silencios, para seguir amando con discreción y madurez.
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