Ansío el día en que te vuelvas a vivir. Por elección, porque busqué todo lo que pude, porque intenté saber si lo que me corría era sangre en las venas, pero me corres tú. Tu pasión, nuestro entendimiento, la libertad, tu comprensión, nuestros sueños, empatias y similitudes. Me corres tú, me corre tu necesidad, tu belleza.
Ansío el tenerte cerca sabiendo que nos elegimos, la vida te da los pasos y con ellos haces tu baile. El baile más gustoso e intenso que jamás haya bailado, y aquellos que quedan por bailar.
Ansío el mirarte a los ojos diciéndote todo sin hablar. Ansío el que me entiendas y envuelvas mis palabras en un abrazo eterno.
Ansío el que me entiendas y envuelvas mis palabras en una abrazo eterno.
Ansío el agradecerte frente a frente por las oportunidades que me permitiste vivir, por tu confianza y esa capacidad de mantenerte intacto en mi corazón.
Me declino a la idea de verte y despedirme nuevamente, de rasgar de nuevo mi alma, de no entregarme completamente. Me declino a la idea de ese instante en el que el tiempo si pasa y no deja rastros tuyos. Me sumerjo en la esperanza de que somos todo y solo estamos siendo. Me derrito en el sueño de tus manos siendo mi guía, tu piel hacerse mi sábana y tu boca mi refugio.
Alelí
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