¿Sabes? Nunca fuiste únicamente mi primer pensamiento del día. Directamente eres el primer pensamiento de cada minuto. Me coloqué delante de un folio y le puse el color de tus ojos al sol. Para que siempre seas lo que me haga abrir los ojos. De las caricias en tu pecho por la mañana, me voy a encargar yo.
¿Sabes? Las veces que no estás tengo las manos más frías. Si me abrieras un poco por dentro, encontrarías todo lo que pienso de ti. Algo así como la carita con los ojos de corazones del Wharsapp. Con algo de ojeras, eso sí, de tanto que nos gustaba hablar cada noche hasta que el sueño te gana. A ti.
¿Sabes? Arreglas las noches oscuras, simplemente diciendo algo. Podemos volar tranquilos. Aterrizar en nuestros ojos. Bailar con las manos. Que nunca te acabes todo lo del plato. Que me beses en cualquier calle empinada.
Y cuando te des cuenta, dime que me quieres. Yo siempre sabré qué decir. Defreds.
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