Tenemos la mala costumbre de buscar algo que realmente llega solo. Cuando menos nos lo esperamos. Tenemos la manía de buscar algo que no se puede buscar. Bueno, sí. Pero que es una para nada, porque no por hacerlo, llegará antes. No gastes energía en ello, hazme caso.
Porque tengo que decirte que la felicidad llega cuando le da la gana. Es así de caprichosa. Cuando pases un poco de ella, cuando decidas pensar en ti, en disfrutar con lo que tienes, en no estar pendiente de que llegue o no. Ese día, irá a por ti.
La felicidad no se busca.
De verdad.
La felicidad se crea.
Se trabaja en ella día a día, haciendo eso que llaman "vivir". Disfrutando el momento, sin desaprovechar ni un segundo. Hasta que un día cualquiera, sin darte cuenta, aparece donde menos te lo esperas. Y sabes que de una manera u otra, siempre estuvo ahí.
Sólo hacía falta saber mirarla.
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