Hubo un tiempo en el que cuatro abrazos soportaban todo.
Aguantábamos un mundo que no estaba preparado para esto.
Para nosotros.
Un mundo lleno de poesía que nadie quería.
Ahora que nos sobra, ahora que todos la quieren no parece que nos acordemos de los abrazos.
Igual no estábamos, nosotros, preparados.
Igual solo duró un tiempo.
A lo mejor, es tiempo de poetas a los que se les olvidó de dónde venían, a los que se les olvidó la poesía.
Pablo Benavente
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