Eres la excepción
que confirma las reglas
que han regido mi vida
hasta que has aparecido.
Abrir la ventana de una estancia viciada,
llena de tropiezos
en las mismas piedras,
de amores incompletos,
de excusas,
de poder y no querer,
de vacíos.
Eres la sorpresa en la ausencia de esperanza,
el deshielo en pleno invierno,
las llaves de una puerta
cerrada a cal y canto.
Eres el rayo de luz que se abre paso
entre las grietas de un alma
que se creía tapiada de por vida.
Eres Jorge luchando
contra el dragón del miedo.
Estás.
A pesar del viento en contra.
Pareces.
Irreal, casi de mentira.
Pero cada día me regalas
la magia de una realidad
que se me antoja fantasía.
María Guivernau
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