Me gusta mirarla.
Cuando lee en el sofá, en bata y despeinada,
pura, como es, sin aditivos.
Me gusta mirarla.
Cuando estamos en la cama y va a correrse.
Allí, amigo, me gusta mucho su cara,
sus brazos acercándome hasta el mundo.
Me gusta mirarla.
En el milagro que me brinda nuestro espejo si se ducha,
en el tiempo que me otorga el ascensor,
cuando habla con la gente y destroza a todos con su luz.
Me gusta mirarla.
Cuando el poema que se lee es para ella,
cuando se pierde y no sabe que la observo,
cuando está en Princesa y me la encuentro pensativa.
Me gusta mirarla.
Cuando se recoge el pelo
y deja la caligrafía de su cuello
a la vista del mundo.
Me gusta mirarla.
Cuando buceo bajo su vientre con el aire justo para un orgasmo,
cuando estudia en su despacho
o cuando me deja que me beba su sonrisa a cucharadas.
Me gusta mirarla.
No hay nada mejor.
Marwan
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.