Temo lanzarme
a los primeros brazos que se abran
y acurrucarme
en un pecho equivocado.
Temo beber
de los labios que me susurran,
necesitarlos cada despertar
y no hallar más que silencio.
Temo perderme
en los ojos que me hablen
y no encontrar
el camino de vuelta a mí.
Temo al latido de mi corazón hambriento
y al hambre de mi piel,
y a que duelan las cicatrices.
Temo verme en el espejo
y no creerme.
Temo convencerme
de que ya no tengo miedo
y arrastrarme de nuevo.
Temo olvidarme
y repetirme.
Pero no tengo remedio.
Soy especialista
en hacer lo que temo.
María Guivernau
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.