Esos días azules
y este sol de la infancia
y el hombre que al mirarlos
sólo ve sangre
y nieve, ve que ya
no le importan
ni son suyos ve
que ya no los tiene.
Es un hombre
que vino desde un país
a oscuras.
Es el hombre sin nada,
el que ya sólo quiere
agua sin ríos,
pastos sin caballos
y muerte sin campanas.
Sólo muerte.
Estos días azules.
A lo lejos, se escucha
el correr de una fuente
y él lo transforma
en himnos, en soldados
que cantan, en la música roja
de un corazón que hierve.
Adónde puede ir quien
lo ha perdido todo,
quien perdió su bandera,
su libertad, su gente,
quien no quiere olvidar lo que
pudo haber sido, quien no puede
saltar el muro de su frente.
Estos días azules
y el hombre
que al mirarlos sólo ve
sangre y nieve,
ve que no son de entonces
ni son suyos; son de un
tiempo perdido
y de un país sin suerte.
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