viernes, 31 de agosto de 2018

LOS CINCO SENTIDOS (orden cronológico del amor cuando nos llega)


El amor comienza normalmente por la vista. Tal vez por un flechazo al verla sentada en el banco de un parque o tras encontrártela varias veces en el autobús camino de clase. También puede ser un concierto o el gimnasio. Si consiguieras oír su voz comenzaría la participación del oído. El amor podría derrumbarse si hiciera declaraciones estúpidas dignas de un futbolista sin el graduado escolar. En tercer lugar haría acto de presencia el olfato, el olor corporal, su perfume, su champú, el delicado suavizante que sobrevuela su ropa. Si la cosa va bien, como parece ser, en algún momento entrará en juego el tacto con algún roce de fortuito, algo liviano que se irá intensificando poco a poco para que el contacto pase de lo fortuito a lo íntimo, quizá con algún abrazo de despedida o alguna caricia amistosa como antesala de lo que parece inexorable: que se complete el ciclo del amor con el gusto justo en el momento en que juntemos nuestros labios para darnos el primer beso, el que dé comienzo a nuestra historia.
Marwan


Siempre te elegiría a ti

Y llegó el día en el que te tengo que decir adiós. Tengo dos caminos: el de siempre, huir a Madrid sin mirar atrás o, luchar por lo que de verdad me importa, saltándome los kilómetros que nos separan y obviando la fecha que marca el calendario.
Tras un debate interno entre mente y corazón. La mente llegó a la conclusión de que huir a mi Madrid querido era la mejor opción, centrarme de nuevo mi rutina, en mis objetivos, en mí era la opción más lógica y coherente. Pero cuando hablamos de amor, ¿hay algo coherente en ese sentimiento? Si hasta acabamos montando en unicornios de colores y vemos el mundo de color rosa. La verdad, es que tengo que darle la razón en algo. Es el camino fácil.
Pero no va complicarnos la vida y ahí estaba el corazón, también dando su opinión... Siempre huyes, siempre hay peros, siempre algo falla... Hasta hoy, ¿no? Hasta que has encontrado aquello que tanto buscabas y que incluso a veces, dabas por perdido. "No existe decías, sólo en las novelas románticas, que catalogabas como ciencia ficción". Y ahora me encuentro en medio de este monólogo. Cada momento que pasa más cerca de Madrid. 
El tiempo se agota gritan al unísono corazón y mente, ¿qué vas a hacer? ¿Vas a darte la oportunidad de ser feliz? ¿Vas a darte la oportunidad de ser tú? ¿Vas a darte la oportunidad de pensar solamente en ti?
Al final tanto la mente como el corazón, pertenecen a la misma persona. Sólo a mí. Al final por mucho que me hablen, soy yo la que voy a decir.
Y si cierro los ojos y me dejo llevar... Creo que te elegiría a ti, a ti desde Madrid o desde el mar, a ti ante cualquiera, a ti en la estación que estemos, a ti... Siempre te elegiría a ti.


Patricia Izquierdo Díaz


YONQUI EN UN SEMÁFORO

Caminar por la calle
lleno de fantasmas
lento
como un motot sin combustible.
Los ojos inexpresivos
como mirándote a ti mismo.

Te mueves imperceptiblemente
como una sábana vacía
sobre la que apenas 
golpea el viento.

Te miro y mepregunto
qué pasado te trajo hasta aquí,
qué mano te lanzó
tan lejos de la vida,
qué suela pisoteó tu adolescencia.

A orillas de un semáforo
abres la boca, pides algo.
Veo tu dentadura rota
como si de pequeño
hubieras mordido un martillazo,
tu risa partida en siete trozos.

Te miro fijamente.
Se pone en verde el semáforo.
Acelero,
te veo perderte
por el retrovisor.

El resto no miran, 
pensaron
que estabas perdido.

MARWAN


13 DE ENERO DE 2014. 21:04 H

Hoy 13 de enero de 2014. Salgo de la consulta de mi psicóloga en la calle Orense de Madrid. Frente al portal hay un oscuro furgón de la policía con dos maderos dentro totalmente absortos en sus respectivos teléfonos móviles que, al ser de noche, iluminan sus caras. Uno de ellos sonríe, y pienso en que tal vez él, o ambos polis, estén enamorados, quizá hablando con sus chicas en este momento, contradiciendo la autoridad y dureza que transmiten sus uniformes. La escena es bastante poética: dos agentes cumpliendo con el deber, escribir a sus amadas. Tal vez simplemente estén mirando una páginas de apuestas o leyendo el MARCA, y yo qué sé, el caso es que me resulta poético todo lo que transmite esa imagen.
Como decía hoy es 13 de enero y Cristiano Ronaldo acaba de ganar su segundo balón de oro hace apenas dos horas. A la final llegaron el portugués, Messi y Ribery, un fortachón con aire de ciborg, un enano hiperhabilidoso y un marsellés con un gran parecido con el jorobado de Notre Dame. Que nadie piense que menosprecio a estos grandes. Los tres me hacen disfrutar sean o no de mi equipo. Es solo que ese podio del fútbol mundial es realmente poético, que hay algo totalmente circense en la imagen de esos tres futbolistas juntos. En el fútbol también hay poesía.
Me he detenido a escribir todo esto que estás leyendo en un escalón que me ofrece un escaparate y me acabo de dar cuenta de que estoy escribiendo sobre lo poético que hay en las cosas cotidianas y que lo estoy haciendo con mi culo y mi espalda apoyados en la pared de un BBVA. Mi forro polar hace juego con el color del logo del banco. Poesía y finanzas. También es poético se mire por donde se mire. Este no es sitio para la poesía porque si hay alguien que nunca ahorra ni escatima esos son los poetas, que invierten todo lo que son en la búsqueda de la belleza y no hay nada más poético que crear algo hermosos en un folio en blanco, en un trozo de nada. Y, al igual que no hay nada más poético que esto, no hay nada menos poético que una sucursal bancaria, pero que si los juntas la poesía se desborda.
Mientras escribo esto han pasado por delante de mi varias personas mirándome extrañadas, como preguntándose qué hace ese chico escribiendo en plana noche en un BBVA. Algunos de ellos pasean a sus perros tan indolentemente que pudiera parecer que es su perro el que los saca de paseo y también esa imagen me resulta poética, terriblemente poética: un perro sacando a su amo de casa, algo parecido a un televisor sentado en su mesilla mirando atentamente a los seres humanos.
Dicen que al mundo le falta poesía. Yo creo que no. Yo creo que lo que le falta son poetas que lo cuenten.

Marwan


No quedan días de verano

No quedan días de verano. Aún no estoy preparada para verte de nuevo, Madrid. Han pasado muchas cosas. Historias que quiero vivir, nuevas personas que quiero conocer, sitios que me he dejado sin ver.   No quiero esperar un año entero, no quiero irme de aquí. Me siento en casa, y eso me hace feliz. Siempre he sentido que pertenezco a esta tierra que rodean las montañas, los ríos y los valles. 
Madrid, me vas a devolver a una rutina que no tiene sentido ya para mí, a un estrés provocado por relojes y despertadores. Por gente con prisa que corre por gran vía. No estoy preparada para volver... Y veo ya la cuenta atrás, siento ya ese tik tak que me hace preguntar dónde se quedó el verano de días largos.
Piensa en el siguiente puente, piensa que volverás me hago recordar una y mil veces más. Pero... ¿Es ansiedad? ¿Tristeza? ¿Qué es eso que me impide respirar?
Es el corazón que ha encontrado el amor.

Patricia Izquierdo Díaz


Carrera de fondo

A veces nuestro corazón sale despedido por la ventana. Le dan una patada, o se lanza él solo, o se tropieza con otro corazón convaleciente, mal aparcado o cerrado sin fecha de apertura. Y nos pasamos la vida tratando de lanzarlo de nuevo hasta arriba, para recolocarlo en un segundo y no es posible, nunca es posible. La cuestión es que el corazón nunca vuelve a entrar por la ventana. Entra, sí. Pero lo hace por el portal y sube a pie con el pasado a cuestas, con paciencia de artesano, peldaño a peldaño, resbalando a veces, piso a pido hasta volver a colocarse donde estaba. Lo mismo sucede con todos los grandes planes. Requieren su tiempo. Las cosas bellas requieren su tiempo. Si llega rápido y sin esfuerzo suele irse rápido y sin remordimientos. Desconfía de todo lo que entra en tu vida como una exaltación y también de lo que duele apenas un instante. Que los milagros existen pero solo tienen lugar cuando inviertes tiempo en ellos.

Marwan



Apostaría por ti

Necesito tenerte, necesito quererte y que encuentres en mi aquello que no encuentres en ninguna parte y que te haga quedarte. No sé cómo solté ese te quiero, no sé aún cuando cambiaste el estatus de un polvo a ser el centro de mi mundo. No siquiera sé si esto saldrá bien, por cada kilómetro que nos separa es una posibilidad de que esto no salga bien.
Estoy asustada. No quiero perderte ni perderme. Quiero ser egoísta y estar contigo cada tarde, cada momento que tú o yo lo necesitemos. No quiero dejar de escribir textos dónde te vuelves protagonista.
Mi vida se ha complicado pero también se ha completado. ¿Eres tú el que llevo esperando tanto tiempo? ¿Eres tú?
No quiero sufrir. Pero el amor no viene con garantías. El que no arriesga no gana, ¿no es así? No voy a huir, voy a ganar, a ganarte. Te voy a querer como te mereces con la base de tu promesa de hacer todo lo posible para no dejar de amarte. 
Esto ha sido muy rápido e intenso, pero así vienen las cosas, sin planear, sin  ser avistadas como los barcos piratas... Tal cuál llegan hay que aceptarlas. 
Hay algo que me ha cambiado está vez, y creo que eres tú. Apostaría mil veces por ti, haría todo lo que esté en mi mano para hacerte feliz, para recortar esos kilómetros de distancia, para recortar el tiempo que nos separa, incluso intentaría parar el verano con tal de que no llegue a su fin.

Patricia Izquierdo Díaz


CONSEJOS DE SUPERVIVENCIA PARA JÓVENES SENSIBLES

La razón nunca lloró de felicidad tras un orgasmo. 

CARLOS SALEM

No te fíes de todos aquellos visionarios
que te hablen de la vida sin caballos galopando en su mirada,
ni escuches a quien no alce la vista de vez en cuando
para mirarle las bragas a una estrella.

No verás a ninguno de ellos
llorando de emoción tras un orgasmo
o por una canasta sobre la bocina
del eterno segundón.

Sigue el ejemplo de los locos necesarios
que se abrochan a la vida cuando quitan un botón,
de los que encuentran a Dios al abrir tu cremallera.

Síguelos a ellos, a los que piensan que solo el amor
puede hacer que lo imposible se vuelva a repetir,
a los poetas que saben que quien tiene un lápiz 
lleva un paraíso en el bolsillo.

Sigue solo a esos,
a los que buscan la hermosura
en la niebla de un poema,
a aquellos que cuando tocan una piel comprenden todo.

Y huye de quien tenga tanta razón que nunca tenga nada,
de aquellos que jamás dudan porque estarán mintiendo.

Huye de quien no crea que un lunes
tiene un callejón hacea el nirvana,
de todo aquel que no considere
que no hay niños malcriados
sino adultos que malcrían.

Y huye del hombre que no piense
que quien aparta los ojos de la pobreza
también se ha vuelto un cómplice al hacerlo,
de quien te diga que la felicidad es un crucero con pulsera 
y no una muchacha con la risa floja
y ojos hambrientos de infinitos.

No te fíes de quien defienda a esos corruptos
que cuando sobra agua
se inventan un modo de vender la sed.

Y ama. Ama, aunque nunca tengas suelto.
Y recuerda que no hay peor amor
que el que no se da por miedo a que te dañen
y que ningún amor no correspondido puede matarte
salvo aquel que no sientes por ti mismo.
Conviene no olvidar que uno y uno suman uno entero
cuando de quien te enamoras es de ti.

Que cuando te caigas nadie te convenza
de que la solución está en democratizar el suelo para todos 
sino en encontrar la escalera de subida hacia ti mismo
y para eso tendrás que preguntar a las baldosas sobre el golpe.

Y evitar los consejos, cualquiera que sean,
que no pongan tu corazón al frente
y olvida también estos consejos,
uno a uno, y sé feliz.

MARWAN


Con esas ganas

Siempre me ha sorprendido la dificultad
que el ser humano tiene para soportar
las molestias cotidianas y la valentía
con que afronta las situaciones excepcionales

JOSEFINA ALDECOA

Con esa sed que no te apaga lo que bebes
ni lo mucho que has ganado.
Con esa sed que no deshacen los elogios
ni las piernas conquistadas.
Con esa sed.

Con esas ganas de nada si no es con ella,
con esas ganas de que algo pase y todo cambie.
Con esas ganas de encontrar las fuerzas,
de vivir por algo.
Con esas ganas.

Con ese miedo a envejecer más de la cuenta,
el miedo a que te olviden,
el miedo a horarios sin amigos
con los que vengarse
de los días en escala de grises.
Con ese miedo.

Con el mal sabor que te dejan en la boca
los beos que nos damos,
con esas ganas de que la vida comience de verdad.

Con mis deseos, con mis bloqueos,
con mi lista intermitente de reproches,
con mis verdades,
con mis mentiras,
con esas ganas,
con esas ganas.

MARWAN


jueves, 30 de agosto de 2018

Sí, siento que me estás mirando mientras duermo. Me tocas el pelo con tanto amor, que parece un sueño. Siento como se hunde el lado derecho de mi cama, que se ha convertido en tu lecho. Estoy atenta a tus movimientos, me gustan estas mañana donde todo mi alrededor huele a ti. Sí, te estás acercando, ya viene mi beso. Acaríciame y no pares. Esto no sólo huele a sexo. Me siento en un mundo paralelo, donde la vida sólo tiene un sentido. Tú.

Patricia Izquierdo Díaz


Dime cómo se vive sin ti

Anoche, mi cama estaba vacía. Mis sábanas frías y mi almohada no olía a ti. 
Cambios. Se nos acabó el verano y no sólo eso, los días y las noches, las tardes, los cafés, las risas, las fotos, los paseos, las comidas y desayunos, las copas, las fiestas...
¿Ves cuántas cosas pierdo porque ya no te tengo junto a mi? Dime ahora quién puede vivir dejando atrás el verano. Dime cómo puedo volver a andar sin agarrarme a tu mano. Dime cómo podemos volver atrás, rebobinar el tiempo, volver a aquel beso. Dime cómo se vive sin ti.

Patricia Izquierdo Díaz


JOHN LENNON


"Nos hicieron creer que el “gran amor”, sólo sucede una vez, generalmente antes de los 30 años. No nos contaron que el amor no es accionado, ni llega en un momento determinado.
Las personas crecen a través de la gente. Si estamos en buena compañía, es más agradable.
Nos hicieron creer que cada uno de nosotros es la mitad de una naranja, y que la vida sólo tiene sentido cuando encontramos la otra mitad. No nos contaron que ya nacemos enteros, que nadie en la vida merece cargar en las espaldas, la responsabilidad de completar lo que nos falta.
Nos hicieron creer en una fórmula llamada "dos en uno": dos personas pensando igual, actuando igual, que era eso lo que funcionaba. No nos contaron que eso tiene nombre: anulación. Que sólo siendo individuos con personalidad propia, podremos tener una relación saludable.
Nos hicieron creer que el casamiento es obligatorio y que los deseos fuera de término, deben ser reprimidos. Nos hicieron creer que los lindos y flacos son más amados. Nos hicieron creer que sólo hay una fórmula para ser feliz, la misma para todos, y los que escapan de ella están condenados a la marginalidad. No nos contaron que estas fórmulas son equivocadas, frustran a las personas, son alienantes, y que podemos intentar otras alternativas.
Ah!, tampoco nos dijeron que nadie nos iba a decir todo esto... cada uno lo va a tener que descubrir solo. Y ahí, cuando estés muy enamorado de tí, vas a poder ser muy feliz y te vas a enamorar de alguien.
Vivimos en un mundo donde nos escondemos para hacer el amor… aunque la violencia, se practica a plena luz del día..."



jueves, 23 de agosto de 2018

Todo tiene una explicación

Cada vez que he hecho daño,
que he sido infiel o no he cumplido mis promesas,
cada vez que he vivido demasiado deprisa
y he convertido en polvo las ilusiones ajenas,
cada vez he dejado tierra quemada a mi paso
lo he hecho -siempre- por un solo motivo:
el miedo a no tener ningún sobresalto más
en la calma que otorga la estúpida rutina.

Soy de ese tipo de personas
que no hallan sosiego en la piel de la costumbre,
no soy amigo de los contratos donde se esconde la desgana,
no sé conducir por los carriles de la monotonía.

Mis semanas necesitan -a voces- una herida,
algún golpe en la línea de flotación.
De este extraño modo me equilibro.

Nunca me gustaron los abrazos rutinarios,
el sexo cansado de los mayores,
los caminos andados.

Así que por favor, te lo pido por favor,
alguna vez no te portes,
sé muy puta,
haz como que no me quieres,
solo por un rato,
y ya verás 
lo mucho
que yo vuelvo a quererte.

MARWAN


Te estás obligando a ser algo que no eres

Te estás obligando a ser algo que no eres
porque hay personas que no pueden ser domesticadas,
sentimientos que no caben en jaulas.

Tú sabes que no se puede decir amor 
sin que te nazca en el paladar un paisaje,
ni querer con cautela, ni besar por partes.

Que tu corazón pide guerra
porque tú no estças hecho para besar la paz de los cuerdos
pero también por la convicción exacta
de que es algo enfermo sentir al relentí,
no atravesar la superficie de la piel.

Que animal lo sigue siendo aunque esté atado,
no puede derrotarlo la premisa del bozal.

Que tú sabes que una cama no es solo un lugar para dormir
sino el lienzo en que pintamos los orgasmos,
el domicilio del placer y la locura.

Que romper una falda es quitarle la t a la rutina,
para que de venga definitivamente abajo
y que solo le quede la ruina en la que desemboca.
Que la rutina guarda en su interir la ruina y lo ruin
y esos son dos malos compañeros.

Y así vas a seguir,
buscando el universo en cada encuentro,
aunque te deje magullado,
porque los dos sabemos
que muchos de los días más hermosos de tu vida
te los da la pasión cuando es en carne viva,
que cuando venga el deterioro a inundarlo todo
-y vendrá- no hay duda,
una de las pocas cosas
por las que merezca la pena haber dado la vida.

MARWAN


Se piensan cosas

A menudo estando en casa
me sorprende un pensamiento,
una inquietud que merodea por el pasillo
como un gato sin dueño.

Pienso cosas, me imagino otras vidas.

Marcharse a otras ciudades,
viajar a otras mujeres,
es una opción que nos da el viento
cuando sopla la rutina desde el norte.

Son cosas que se piensan con el peso de los años en la espalda,
con el miedo que nos presta la rutina.

Y se piensan cosas, muchas cosas.

Tan vez otras me regalaran sexo renovado y encendido,
sudor y fibre, lunas con orgasmo.
Pero te echaría de menos
que nada tendría sentido,
ni siquiera este poema.

Salgo de la habitación en la que escribo esto en busca de mi vida, la de verdad, la que he elegido.
La encuentro allí donde siempre está, 
en tus ojos, recién planchada,
con el color del porvenir.

Y dejo de pensar tonterías.

Yo quiero vivir aquí y aquí significa en esos ojos,
los tuyos, la única mirada que barre el temor.
Suele ser así, me nace una pregunta por dentro
y tú la respondes de un disparo.
No sé cómo lo haces,
algún día lo descubriré,
tal vez ni siquiera eres tú quien lo provoca,
a lo mejor es que,
simplemente,
sin teorías ni alegatos, 
te quiero.

MARWAN




Decepcionar

Tengo que aprender a decepcionar a la gente,
a no satisfacer siempre a todos,
ser capaz de decir no quiero,
no puedo, no voy a hacerlo,
necesito tiempo para mí, 
no estar siempre en todas partes
porqie esa es la mejor manera
de no estar nunca en ninguna.

Me cuesta decir no 
construir muros de contención para lo ajeno,
estoy cansado de abrir mi corazón
como una tienda.

Tengo que aprender a decepcionar a la gente,
hacerlo con arte,
como decepcionan las promesas
que se dicen ya muy tarde en ciertas camas,
dejarles que piensen lo que quieran sobre mí,
no preocuparme por haberles fallado
cuando posiblemente no seas así,
cuando posiblemente quieran hacerme ver que sí.

Sé que no lo hago por miedo.
Que hay veces en que temo
el dardo en la mirada ajena,
el veneno que pondrán en las palabras
cuando no haga lo que ellos quieran.

Porque así funcionan ciertas personas:
cuando una sola vez
-y estoy diciendo una sola-
oses no pensar en lo suyo,
hazme caso, ten cuidado y corre,
corre tan lejos como puedas.

Dales un solo motivo,
uno solo -no hacen falta más-
y serás el príncipe de las decepciones,
el guardián de la ingratitud,
el monarca de la estafa,
solo serás un traidor ingrato,
uno, que por no cumplir por una vez con sus deseos,
habrá perdido para siempre
todas sus virtudes.

MARWAN




De padres a hijos

Hay quien piensa que ser niño deber ser eso,
tener que escuchar ten cuidad 
¿qué te tengo dicho?
no hagas eso
no corras
no hagas ruido
no rechistes
no, no, no, no, no... 
y es extraño porque ser niño
consiste precisamente 
en no tener cuidado
en no escuchar
en desobedecer
en correr
en hacer ruido -mucho ruido-
y sobre todo en protestar.

Quizá es lo que los adultos 
miramos el mundo sin sorpresa en la mirada,
con ojos de adulto, no de niño.

Nos invade una vulgar necesidad de corrección,
somos los guardianes de la apariencia,
nos empeñamos en que no cometan errores,
de hecho, a menudo ni les dejamos,
cuando ser niño consiste, sobre todo, 
en quivocarse.

Pero los niños se pasan el día escuchando la palabra no 
-treinta y cinco veces al día según estudios-
y es curioso porque cualquier adulto ante un solitario no 
puede convertir una cena en una campo de batalla.

Para ser un buen padre hay que aprender
a permitit equivocarse a tus pequeños,
llevar la luz hasta su vida,
no dejarles en herencia nuestro alud de frustraciones.

Los niños viven en un mundo suspendido,
maravillados en la composición de un escaparate,
encerrados en una habitación donde nunca reina el tiempo,
donde solo hay voz para el juego y la sorpresa,
ajenos a las leyes de quien ya ha caído
y ve el mundo a través de sus caídas.

Pero más allá de eso un hijo nos recuerda cosas
que no deberíamos dejar de ser,
canciones que no debemos olvidar.

Convendría dejar de pensar
en quiénes queremos que sean nuestros hijos,
mirar hacia nosotros y plantearnos
quién deberíamos ser para ellos.

Sería bueno entender del todo
que ser niño es explorar,
tocar, saltar, vivir sin remolques,
que para aprender a valorar las cosas
primero hay que aprender a romperlas
y a llorar después de haberlas roto,
que para caminar recto es preciso
comprender en primer lugar
qué significa andar torcido
y que casi todas las heridas
-po mucho que nos cueste pensarlo ya de adultos-
tienen arreglo.

Ser padres es ofrecer un lugar al que agarrarse,
una senda que pisar,
una verdad sin dogmas ni cargas propias
para que vayan bien ligeros de equipaje.

Pero mucho más aún
para que un niño aprenda 
hay que dar ejemplo en lugar de órdenes;
orientar y ordenar no solo tienen tres letras de diferencia
es la distancia entre una infancia feliz
y un niño asustado.

¿Queremos eso? ¿Queremos adultos
que no pudieron ser del todo niños?
¿O mejor dejamos a nuestros pequeños
volver morados y sonrientes?

Porque ser niño es todo esto que te estoy contando
aunque yo ya esté empezando a olvidarlo.

MARWAN