No soporto las excusas. Odio que tengan siempre una para cada ocasión, que no sean claros, que no digan la verdad. Se pierde tanto tiempo pensando una, que no me puedo creer que la gente lo haga. Con la que está cayendo, con la de veces que nos han dicho que la vida son dos días...
Estamos en una época donde no se dicen las cosas claras, donde nos callamos cosas por miedo y donde tratamos que la otra persona intuya y descifre lo que pensamos, en vez de decírselo directamente. Donde las excusas cobran protagonismo y cada día juegan una batalla para ver cuál es la más novedosa. Donde se trata de elegir la adecuada para acertar, para que suene más veraz.
Y supongo que ya está bien. Dejemos de hacer las cosas tan difíciles, no nos compliquemos tanto la vida. Seamos claros, dejemos las indirectas y los mensajes escondidos.
Estoy segura de que nos irá mejor.
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