La chica de los «cinco minutos más y me levanto»
La chica que siempre se levanta a las ocho
pero que se despierta a las cuatro de la tarde (con suerte).
La chica del corazón imperfecto, pero que siempre le late bonito. Y sin avisar.
La chica a la que no le gusta que le regalen flores, pero que terminó metida con alguien en un jardín precioso.
La chica que es experta en saber sonreír con asco, y que otra cosa no pero se sabe de memoria millones de letras de canciones.
La chica que sueña mucho y calla aún más. Pero que siempre quiere saberlo todo.
La chica que, de tanto escuchar
que se pusiera en el lugar de los demás,
dejó totalmente abandonado el suyo.
Y hoy sigue haciendo reforma.
La chica que es capaz de enfadarse, pedirte perdón
y reírse en el transcurso de los mismos cinco minutos.
La chica que tiene miedo de sí misma
y cuyos ojos cuentan mucho más que su boca.
Que vive con distancia de seguridad.
La chica que nació para poner escudo,
Para desayunar temprano en soledad.
Que es casi más fácil subir al Everest
que a su corazón. Preciosa.
La chica que siempre dice que no sabe.
Pero que lo siente todo.
Y que se ha tragado muchos «te quiero».
La chica que creía que lo tenía todo controlado
y apareció alguien sin avisar que le dio la vuelta al escudo.
La chica que es más de personas que de cosas.
Más de momentos que de regalos.
Y que nunca se rinde mientras busca lo que la hace feliz.
La chica que se despierta siempre con otros,
pero sigue soñando con el mismo de siempre.
La chica que es 80% café y 20% corazón.
La chica que parece borde con su mirada,
parca en palabras, y al final tiene
demasiadas cosas que decir y que ofrecer.
La chica que se enamora y se desenamora en cuestión de días.
A la primera decepción, todo cambia.
Y su mente ya no vuelve a pensar igual.
La chica que, para lo triste que está,
sigue teniendo unos ojos preciosos.
Y miedos, muchos miedos, tantos como ganas.
La chica que desconfía de todo y se termina
arrepintiendo de perderse las mejores cosas.
Que desprende ganas y las disimula.
La chica que es guapa hasta con sus ojeras.
Las que intenta disimular por las mañanas.
De tanto dormir poco y pensar mucho.
La chica que se paró a pensar un momento
y que se dio cuenta de que hace demasiado
que no se le iluminan los ojos de verdad.
La chica que es más atractiva que guapa.
Más alocada que cuerda. Con dosis de picardia.
Tan inteligente como despistada. Y nunca se rinde.
La chica que ríe por casi todo y llora por casi nada.
Que va con la nariz siempre congelada y el corazón tan caliente.
La chica que siempre va con los auriculares puestos,
despeinada y sonriendo por cualquier calle de la ciudad.
Callando al mundo por un rato.
La chica que tiene el arte de hacer como que no
siempre que se muere de ganas de decir que sí.
La chica que siempre acaba metida en una calle sin salida,
pero siempre vestida muy elegante, oye.
La chica que no tiene remedio pero sí unos ojos preciosos.
La chica que llora mucho cuando nadie la está mirando,
pero que sonríe muy fuerte en las fotos.
La chica que odia hablar por teléfono,
pero que no se callaría durante horas,
mirándote a los ojos.
Defreds
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