Los principios a veces dan un poco de miedo, pero qué bonito cuando alguien te hace reír en todo momento y consigue que te sientas realmente afortunado.
Qué bonito cuando alguien aparece de casualidad y decide quedarse y acompañarte en tu camino, aunque tú no sepas muy bien a dónde vas.
Qué bonito cuando alguien te pone un cosquilleo en el estómago y hace que veas la vida de otra manera. Y que no te quieras separar nunca.
Qué bonito cuando alguien te planta una sonrisa y te la deja ahí para todo el día.
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