lunes, 9 de septiembre de 2019

La experiencia de vivir sola

Aun siendo un poco desastre, soy una mujer muy independiente que uno de sus sueños, desde pequeña, ha sido vivir sola. Necesito mi espacio, mis cosas ordenadas a mi manera, mi silencio de vez en cuando, mi música a todo volumen, y hasta ahora, mis apuntes, mis libros, mi ordenador… 

Reconozco que soy una persona muy de mi habitación. Mi habitación es mi guarida. Mi madre le llama el “bunquer” ya que me paso muchas horas encerrada en mis cuatro paredes con la excusa de estudiar, pero todos saben que si tengo que ver una serie, leer un libro, ponerme guapa … siempre es en mi cuarto. De hecho, mi hermano, muchas veces viene a verme como si viviéramos en la otra punta de la ciudad. Entra, se tira encima, me achucha y yo muerta de la risa le pido que se vaya. Me molesta. Reconozco que tengo un hermano muy pesado. Pero no le cambio. Ni a mi habitación tampoco. 

Pero este verano puedo decir que he vivido sola. Por circunstancias, mi hermano, el tormento de mi hermano, ha tenido que trabajar en el pueblo y mi madre se fue allí con él. Entonces mi padre y yo, hemos estado en casa solos. Viviendo como compañeros de piso. Al pobre había días que ni veía, por sus horarios y mis ganas de no estar en casa. Y sinceramente, la casa se hacía muy grande. Y procuraba, estar lo menos posible.

Los primeros días disfrute del sofá, ya que no me siento en todo el año. De que se m alargaran las duchas porque no había nadie que quisiera entrar. De comer lo que me apeteciera. De dormir hasta bien entrado el día. De no hacer la cama por si me echaba la siesta… en fin, de los pequeños placeres de cuando estas solo en casa. Pero a media que iban pasando los días, y al final el no tener con quien hablar, con quien discutir… se me hacía pesado. Ir a dar una vuelta y que mi padre estuviera era en casa al llegar era un alivio. No sé, supongo que no es igual cuando tienes un medio churri, tiene 18 años, está de vacaciones también y os pasáis el día viendo pelis. Pero a los 25 esas cosas ya no pasa, la mayoría de la gente tiene vida y no va ir a todas horas a visitarte.

Después de todo, no lo hemos llevado mal papa. ¿A qué no? he sido una estupenda ama de casa. Le hacia la cena, le lavaba la ropa… Él con trabajar tiene bastante y yo...estoy de vacaciones. Eso sí, menudo rollo ¿no? me he dado cuenta que no me gusta estar sola, bueno quizás sola si, lo que no me gusta es hacer las tareas de la casa. Asique vuelvo hacer un llamamiento a ese amor rico de mi vida, para avisarle de que me va tener que poner un señor/señora de la limpieza en casa. ¡Si es que yo iba para rica y me dejaron en La ventosa! 

Bueno fuera ya de tonterías, me he dado cuenta de que un rato sola si que puedo estar. Pero luego me aburro. No sé qué hacer. La cabeza va a mil y eso, para una persona impulsiva como yo, no viene bien. He echado de menos a mi hermano, no puedo negar que es la alegría de la casa. He echado de menos hasta a mi madre! Es que no veas, que drama cuando se me rompió la lavadora. Casi me da un parraque. O que desastre para hacer la maleta y seleccionar los colores para lavarla. O cuando vino el hombre a cambiar el horno ¿Y qué decir de las comidas? ¡E ir a por la compra!

Pero tirare un dardo a mi favor y tengo que decir, que ha sido una experiencia que me ha ayudado a crecer. Y valorar otras cosas, que es cierto, que como no las suelo hacer yo, se ven muy fáciles desde fuera. 

Sigo queriendo independizarme, pero espero no estar sola y vivir con alguien. Eso si, que respete mi espacio y mi tiempo  y por dios ¡que no use ropa de mil colores ¡

Belén Triguero Guijarro


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