Para mi amiga nocturna

Querida insomnio:

Llevamos juntos un tiempo, cinco para ser exactos, y nuestra relación se ha afianzada en estos últimos meses que no he podido correr. No sé cómo me encontraste, o si fui yo el que te encontró, pero sé que ya eres parte de mí, por raro que parezca ya no sé que haría si no estuvieras a las dos de la mañana dándome temas en los que pensar o aventuras que ni siquiera me hubiese atrevido a realizar. Tú me has enseñado que soy más fuerte y terco de lo que yo pensaba, pero he de decirte que hoy te has pasado.

Hoy me has sacado de la cama, de mi habitación, de mi casa. Ni leer, las pelis, ni las series, ni la música te ha calmado. Me has hecho que me diera vueltas por el mi barrio, como si de un zombie me tratara y aun así aquí me tienes, a las 6 de la mañana escribiéndote, algo que recomendó una amiga.

Noto que voy a empezar una etapa importante y necesito estar fresco, no sé que te he hecho pero vamos hablarlo.

Con cariño, tu amigo nocturno.

Daniel Fernández