jueves, 5 de septiembre de 2019

Tenemos que hablar

Después de una buena charla con Belén, y hablar largo y tendido ayer y hoy, le he expuesto todos mis sentimientos y me los ha intentado ordenar como hace siempre.

Peter Pan... Tenemos que hablar. Eres el hombre más bueno que conozco, a pesar de todo lo que te he hecho, porque me he portado mal contigo en muchas ocasiones, he sido egoísta, y no he pensado en tus sentimientos... Tras siete años, seguimos "juntos". Juntos... ¿perdiendo el tiempo? ¿Mareando la perdiz? ¿Tiene algún sentido eso? Al fin y al cabo, estamos juntos, te lo repito. Hablamos todos los días, nos vemos, me cuidas, me mimas, me proteges de todo, estás. Siempre estás. Siete años después, sigues estando como el primer día.

Sí, sé lo que estás pensando, tiene toda la pinta a ser una declaración. Estás hasta cuando la persona de la que desgraciadamente estoy enamorada se marcha y ni me saluda si me ve (esa es otra historia que ya te contaré... o no, que te enfadas). Me dijiste que si algún día volvíamos, no querías empezar de cero, porque no tiene ningún sentido empezar a conocernos después de tantos años. Y es cierto, pero tengo miedo al compromiso, a darlo todo y perder, como siempre me pasa. Te estoy estoy leyendo la mente, como te pasa a ti cada vez que estás a mi lado. Contigo ya no siento mariposas, pero me siento en casa, a salvo de la vida que me ha tocado.

Mi capitán de velero, te quiero... Y no quiero perder más el tiempo. Tengo miedo de no ser suficiente. De estar luchando cuando debería ser bonito tener una relación, y nosotros, bueno yo, yo sí soy de discutir y romper todos los momentos bonitos y soy un desastre, soy un auténtico caos. No te voy a enseñar nada nuevo a estas alturas de la película. No quiero puntos y a parte contigo. Tampoco te voy a pedir que la dejes. Pero, quiero intentarlo, quiero buscar mi felicidad, y... creo que está a tu lado. 

Belén me ha dicho que de el cien por cien. No sé hacer las cosas bien. No sé mostrarte todo lo que siento. Y soy cactus a tu lado, ya que eres todo amor y el chico más cariñoso, inteligente, atento, romántico, detallista, listo, amable (pero de verdad, dando significado real a la palabra), guapo y maravilloso hombre que he conocido. No quiero jugar contigo, no sé si he dado con el momento adecuado para decirte todo esto. Motivos tienes para rechazarme. También eres el único que lo podrías hacer con todo el derecho del mundo. 

Dime, ¿qué hago con todo lo que siento por ti? Y, ¿con todo lo que sientes tú por mi? Una pena desperdiciarlo. Alex... Sí, quiero. No sé si casarme, claro está... Pero, quiero una vida a tu lado. ¿Quieres pasar el resto de tu vida conmigo? Estoy lista para el rechazo, pero la pregunta ya está lanzada, y yo también. Habrá momento de miedo, habrá momentos donde la cosa se ponga seria y quiera huir... No me dejes. No dejes de enamorarme cada día como llevas haciendo siete años. ¿Y sabes lo que más me gusta de todo? Que cuento con el apoyo de todas las chicas para escribirte esto. Cosa que no ha pasado con otros. Y las cosas desde fuera, se ven mejor. Y a ti, te ven con babero puesto... ¡Y qué suerte tengo! Una suerte que no se valora, porque lo tenemos seguro. No quiero tenerte seguro. No me gusta lo fácil. Quiero tenerte me cueste lo que me cueste... Esta vez me toca a mí currármelo, supongo... Pero, estoy dispuesta a hacerlo. Y eso, es un paso. Vamos a dejar de perder el tiempo. Vamos a hacer lo que nos sale del corazón, que siempre ha sido amor. ¿El amor puede con todo? Podemos comprobarlo. ¿Qué me dices?

Te invito a una vida... conmigo. 

Patricia Izquierdo Díaz



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.