Cuando todo estaba en silencio por dentro de mi ser, cuando parecía que llovía por dentro y nada calaba, apareciste en mi vida como un terremoto.
Un seísmo de mucha intensidad en mi escala de Richter. Una noche cuando lo único que me pedía el cuerpo era dormir.
Temblaba todo. Absolutamente todo. No podía pararlo.
Ahora echo la vista atrás y veo todo lo que dejaste a tu paso. Rupturas, tristeza. Momento que, aunque pase el tiempo, nunca se olvidarán del todo.
Se notará siempre que por ahí pasaste tú arrasando con todo. Poniendo bravo al mar. Rompiendo cristales. Abriendo en canal.
No quiero saber tu próximo destino, que lo habrá...
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