Os voy a hablar de ellas, de todas ellas.
Y voy a empezar por la primera que me tendió una mano. Rosa. ¡Qué descubrimiento! Tan joven y con tanta historia que me muero por saber. Y la pena es que tenemos muy poco tiempo al día para charlar. Ella es un gran apoyo dentro del cole, me entiende, hay como una conexión que no sé explicar, muestra menos de lo que es, dice menos de lo que sabe y piensa. Es increíble compartir con ella comida, siestas y muchos WhatsApp.
Laura es todo lo opuesto a mi. Es como una mini Campanilla que trabaja el positivismo. Ve más allá de las cosas malas, ella siempre tiene un saco de esperanza para todos los problemas del mundo. Pero es la primera que si te ve mala cara te presta su tiempo para que te desahogues, para que la cuentes lo que te inquieta, solo escuchando, y si se la pides... te da su opinión más sincera. Y por lo que hemos hablado eres también muy madura para tu edad. Es increíble poderte sentar a hablar tan abiertamente con alguien siendo tú misma desde la primera palabra.
¡Bea! Ella le da el toque de las emociones al grupo, aporta la comedia, la tragedia, el drama. Sus historias son dignas de una novela, y es la que nos hace que se nos pase las horas volando. Es de las personas que te gusta escuchar ya que te hace poner los cinco sentidos. Es trasparente y no ha perdido aún esa dulzura con ese toque aniñado que tiene, que hace que la quieras y acogerla, quizás, más bien es protegerla. Hace que la tengas cariño, y eso Bea, es un don.
Natalia es los cimientos del grupo. "Cuéntame y ya te digo". Escucha, además, creo que es la única de nosotras que piensa antes de hablar. Ríe, te saca del hoyo que estés metida, te reaviva. Es como si su lema fuera Hakuna Matata, no lo sé. Pero es la vida en estado puro. A su lado solo puedes sentir que la vida es precisa a pesar de todo. Y que siempre hay un plan B, siempre hay una cerveza en alguna terraza, siempre hay un rayo de sol en un día de tormenta.
Puedo decir que estamos locas, que cada uno a un nivel distinto. Que somos un buen equipo por que todas somo el complemento adecuado para ese grupo. Que si una cae, las otras la levantan. Que incluso nos podemos reír de su caída, pero evitaremos el dolor todo lo que esté en nuestra mano. Estar rodeada de personas tan valiosas, tan de verdad y que te permiten ser tú, con todos tus defectos y virtudes, no tiene precio. Poder ir a trabajar con compañeras así, se lleva mejor.
"No hay que llorar, que la vida es un carnaval y es más bello vivir cantando..."
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