Seis meses han pasado desde que te conocí en Nassica, seis meses en los que te he visto cada día, en los que te viniste a dormir porque nos confinaban y ya cada noche duermo a tu lado. No necesito tréboles de cuatro hojas desde que te acurrucas junto a mi cuando tienes una pesadilla o simplemente te cuesta conciliar el sueño.
Medio año, ¡quién nos lo iba a decir! Cuando ambos no buscábamos nada, cuando si nos llegan a preguntar, hubiéramos dicho que no es el momento. Tenemos que dar la razón a eso de... "cuando menos te lo esperas, aparece..." y cómo odiaba esa frase, Javi.
Es cierto, que yo ya sentía mariposas con cada uno de tus audios y que fui la primera en darte mi número de móvil, pero tú fuiste el primero en asustarte al decir "te quiero", verbalizar esas palabras que tanto nos cuestan y que ahora nos salen solas. Porque esa es parte de nuestra magia, como fluye todo.
Es una relación construida y consolidada a partes iguales, mostrándonos como somos desde el primer día, sintiendo que llevamos toda la vida juntos. Que sí, que al primer amor se le quiere más, pero es que a ti te quiero mejor. Con todas mis experiencias en la mochila, con todos mis días negros, con todos mis enfados y mis momentos de tirar la toalla, y aún así, ahí estás, siempre, sin dejar que me vaya a dormir con una lágrima o con un mal estar.
Que cada uno tira a su manera, que cada uno libremente nos hemos escogidos, y que Javi, eres el primero con el que no tengo que pensar si me compensa esto o no, simplemente te elijo cada día porque te quiero. No hay dudas de ningún tipo. De hecho, la que jamás se iba a casar, se casa.
En seis meses, daremos unos de los pasos más grandes que podemos dar. El 11 de septiembre, y qué ganas tengo, nunca pensé que pudiera estar ilusionada con algo así, y contigo cada paso es una aventura, eres mi historia más bonita.
Te quiero... to the moon and back.
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