Y si huimos en la misma dirección, el choque de corazones será más fuerte.
Eso conllevará que el impacto tenga consecuencias sobre las ganas de vivir, (sobre) las ganas de sumar noches sin dormir, (sobre) las ganas de tomarnos la última en cualquier esquina.
Que el único choque frontal sea el de nuestros cuerpos, que si alguna vez hay heridas de guerra, que se solucionen hablando y no en la cama.
Salgamos corriendo y dejemos la monotonía para los demás, que a veces hay que ser egoístas para ser felices en el amor.
Debes saber que lo bonito de huir es hacerlo contigo.
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