¡Qué grande es mi mundo! Aun siendo tú tan pequeña. Pero es que la grandeza se valora desde el día que naciste hasta tu última sonrisa. La grandeza es la felicidad desde que diste tus primeros pasos hasta llegar a correr sin mirar atrás. Debes tener claro que tú eres más grande que cualquier problema. Que no hay ni un solo problema que no se pueda solucionar. Solo tú debes saber ¡que ser grande es ir pasito a pasito! No debes correr porque los demás corran. Debes saber que correr es ahogarse en uno mismo, que no hay mejores pasos que los que da uno mismo, con la seguridad de que un día llegaremos a nuestro destino. ¿Y sabes qué? Que siendo grande también se puede llorar, se puede aprender, se pueden pedir consejos. Y no por eso dejarás de ser grande.
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