Lo de jugar a ser fuerte a veces deja de ser divertido. Tenemos días malos también y no hay por qué pintarse una sonrisa si no se tienen ganas de reír.
Por mucho que digan tú puedes con todo, no es cierto.
Hay muchas nubes y tormentas que oscurecen los días aunque haga sol. Y tenemos todo el derecho a sentirnos mal, a estar cansados, tristes.
Hay que aprender a decir:
- No.
- Espera.
- Necesito parar, necesito respirar, me ahogo. Quiero un momento
para mi.
Y aunque al día siguiente sepas que será igual, tienes que robar momentos para ti, esos que son tuyos, solo tuyos.
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