Es tu boca, esa filial de la delicadeza, ese acorde irrenunciable, tu boca que borra las letras de mi nombre.
Es tu boca, no soy yo, ella es la culpable, yo no soy autor de este desorden.
Es tu boca que divide el desconsuelo. Es tu boca que aproxima mis mitades.
Es tu boca irresponsable, tu boca caliente que anuncia mi alegría llegando a tiempo hasta mi boca, tu boca gemela de mi boca, tu boca, esa patria del temblor.
Es tu boca que no me deja ileso. Es tu boca que me frena cuando quiero hacerme daño. Tu boca tan sinónimo de alivio.
No es mi culpa.
Es tu boca roja, los cinco centímetros que mide la locura, tu boca dibujada por Picasso, el principio del verano, la raya exacta de mi felicidad.
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