Antes era mi día favorito de la semana. Ahora son todos igual de malos. El sábado parece liberador, parece un paraíso, y si libra Javi, mejor. Pero con las ganas de vomitar todo el día, los mareos a causa de la anemia y los problemas de salud que no conlleva el embarazo pero que sí se agravan, pues todos los días pasan a ser igual de grises.
Los recuerdos de Facebook me gustan y me parecen nostálgicos. Y como dice Sissi Emperatriz: "la nostalgia es una enfermedad que no te deja olvidar los recuerdos y los sentimientos que suscitan los mismos". Me veo con otro cuerpo, con otra cara, ¡hasta con maquillaje! Que ya no uso puesto que ni ganas tengo. Me he rebelado al espejo y no quiero mirarme. No quiero saber nada de la imagen que me devuelve. Es temporal. Debe ser temporal. Ojalá pudiera volver a mi zumba, a mis horas de gym. Lo necesita mi cuerpo, y mi mente.
Es la semana difícil. También lo sé. También sé que todo afecta y que necesito ver otros paisajes, oler otros aires y respirar diferentes aromas. Pero también soy consciente de que no puedo. No es momento de turismo. No es momento de nada más que reposar en el sillón porque así mi cuerpo lo pide. Cada esfuerzo, es un sacrificio.
Pero lo llevo en silencio todo lo que anhelo, todos mis deseos pero el silencio es solo la cárcel del alma. He cambiado de actitud, una vez que todos saben de mi estado de salud, no quiero más preguntas, no quiero hablar más del tema porque me entra bastante negatividad. Necesito personas como hace Alex, hablarme de todo menos de cómo estoy, mandarme fotos haciendo el gamba... Distracción (siempre de los límites que puedo, me permito).
Tengo ganas de escribir algo brillante, de hecho, tengo muchas ideas en el tintero. Pero ideas que se quedan en nada. También quería dar las gracias a todos lo que últimamente me seguís en Facebook, Instagram y diferentes redes sociales. Los miles de comentarios y los mensajes contándome vuestras vidas. También quería que dar, como siempre, a todos mis amigos que me preguntan todas las semanas: Sonia, Rocío, Ana, Dani, Laura, la otra Laura, Mª Mar... Mucha gente que te hace sentirte un poquito mejor, al menos anímicamente. Los amigos son la familia que se elige y yo soy muy afortunada, lo diré siempre. Pero los procesos duros que se llevan dentro, son procesos que hay que pasarlos en soledad, superar miedos, intrigas, molestias, incertidumbres, momentos límites donde todo lo mandarías a la mierda... Procesos en los que pasas por todo tipo de emociones. Pero estoy acostumbrada. Me lo recordó anoche Sonia. "Tu vida es así, me jode porque no te lo mereces, pero no hay ni un solo capítulo de tu vida que haya sido un jardín de rosas. Pero te hace ser fuerte". Querida Sonia, te hace ser fuerte pero no querría esto, de hecho, ahora que voy a ser madre, no quiero que Helena pase por esto. No necesita vivir muchos de mis capítulos para ser una WonderWoman como vosotros decís. Quiero que sea una niña normal que viva cada etapa de su vida como debe vivirla. Y juro que no seré protectora, porque las cosas nos pasan para darnos lecciones de vida, pero... todos sabemos que si pasamos una autopista con los ojos cerrados, lo más probable es que nos atropellen. Hay cosas que no necesitamos probar para saber. Ojalá sea ella distinta a mí. Que tenga una vida, ya no os digo feliz, pero sí lo más normal posible... Que de sus esfuerzos recoja sus frutos. No de sus triples esfuerzos, no de todos los errores y piedras que la vida te pone en los caminos. No quiero que sea fuerte a la fuerza. Eso no. Porque si es un poco inteligente, pronto tendrá la pregunta que su madre tiene en mente: "¿merece la pena tanto esfuerzo?"
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