jueves, 29 de septiembre de 2022

Mi querida esposa

 Mi querida esposa:

HACE DOS DÍAS TUVIMOS UNA FUERTE DISCUSIÓN. Yo había llegado cansado de los problemas del trabajo. Eran las 8:00 de la noche y lo único que quería era sentarme en el sillón a ver el partido.

Al verte te encontré agotada y de malas. Los niños estaban peleando y el bebé lloraba mientras tú lo tratabas de dormir.

Yo sólo subí el volumen de la tele.

–No estaría mal que me ayudarás un poco y que te involucrarás más en la crianza de tus hijos –me dijiste con cara de puchero mientras bajabas el volumen de la tele.

Yo enojado te contesté que “yo me pasaba todo el día trabajando para que tú pudieras quedarte a jugar en casa a las muñecas”.

La discusión se hizo larga. Tú llorabas de coraje y de cansancio. Yo dije cosas crueles. Me gritaste que ya no podías más. Te fuiste de la casa llorando y me dejaste solo con los niños.

Yo tuve que darles de cenar a los niños y alistarlos para dormir. Al día siguiente no habías regresado, tuve que pedir el día libre a mi jefe y quedarme a cuidar a los niños.

Viví los berrinches y los llantos.

Viví el estar corriendo sin parar y no tener un momento ni para bañarse.

Viví el tener que preparar la leche, vestir a un niño y limpiar la cocina al mismo tiempo

Viví el estar encerrado todo el día sin hablar con nadie mayor de diez años

Viví el no poder comer tranquilo, sentado en una mesa y a mi tiempo por estar persiguiendo a un niño.

Viví el estar tan agotado física y mentalmente que sólo deseaba dormir por 20 horas seguidas pero tener que despertarme a las tres horas de haberme dormido porque el bebé estaba llorando.

Viví dos días y dos noches en tus zapatos y te puedo decir que ahora lo entiendo.

Entiendo tu cansancio.

Entiendo que ser mamá es una renuncia constante.

Entiendo que es más agotador que 10 horas entre tiburones empresariales y decisiones económicas.

Entiendo la tristeza de que renunciaste a tu profesión y a tu libertad económica por no perderte el estar presente en la crianza de tus hijos.

Entiendo la incertidumbre que sientes de que tu economía ya no depende de ti, sino de tu pareja.

Entiendo los sacrificios de no tener tiempo de salir con tus amigos, hacer ejercicio o dormir toda la noche completa.

Entiendo lo difícil que puede llegar a ser sentirse encerrado cuidando niños y sintiendo que te pierdes de lo que ocurre afuera.

Hasta entiendo el enojo de que mi mamá critique tu forma de educar a nuestros hijos porque nadie va a saber qué es lo mejor para sus hijos que su propia madre.

Entiendo que al ser mamá llevas la carga más pesada de la sociedad. La que nadie reconoce, ni valora, ni remunera.

Te escribo esta carta no sólo para que regreses por que te extraño, sino porque no quiero que pase otro día más sin que te diga antes de acabar el día:

“Eres muy valiente, lo estás haciendo muy bien y te admiro”.



Escondo el miedo en mis letras

 He pasado una mala noche. De dar vueltas, vomitar (como todos los días), pesadillas. Y hace mucho tiempo que no escribo mis "tonterías" como dice Javi en mi blog. Ayer, vino mi familia a cenar por invitación de Javi. Yo no invito a nadie debido a mi cansancio diario y mis pocas ganas, en general, de todo. Pero cuando se fueron... No sé, sentí un vacío, pánico. Llevo muchos días entre hospitales y consultas médicas, sin parar un sólo día arreglando cosas de un lado para otro antes de la llegada de mi bebé. Y cuando paras... Escuchas el silencio, o el baloncesto de Javi (que para mí es lo mismo porque desconecto absolutamente), entras en silencio interior. Pero, precisamente silencio no es. Son preocupaciones, miedos, soledad, ansiedad... que estaban acallados por todo el ruido que vivimos cada día y del que no somos conscientes hasta que por un momento, sin querer, paras en seco.

Tengo miedo a la bebé. Al parto, a que se me complique más de lo que está complicado, porque hemos hecho el bingo en todas las enfermedades que podía coger y no tratarse precisamente por el embarazo y que se van acumulando desde mayo junto con sus consecuencias. Tengo miedo a muchas cosas, al después. El parto sólo es el inicio de la gran aventura. Tengo miedo a que la pareja se resienta tras un bebé, porque vamos a ser sinceros, un bebé siempre separa. Tu marido o mujer pasa a segundo plano. Ahora hay algo más importante que vosotros como individuos y como pareja. A nosotros se nos junta nuestra semana difícil que también afecta. Porque todo afecta más en un momento de debilidad en el que no estás al cien por cien. Estás más sensible, más delicada y por supuesto más insegura en todos los aspectos. Estás en segundo plano de tu propia vida. Viendo por donde vienen los toros y sentándote a reaccionar muchas veces en diferentes situaciones.

Leí hace poco, una entrada que publicaré a continuación de unos padres ante la llegada de unos hijos. Quizás, eso me ha hecho pensar demasiado en esto. También, y eso lo he hablado con Javi, hay caminos que debemos recorrer solos. Mis miedos, mis preocupaciones por mucho que las analice con mi marido en una conversación, son mías. Y él tiene las suyas. Nos podemos apoyar, sí, eso está claro. Pero cada uno ha de recorrer su camino de piedras, intentar conciliar el sueño, combatir con los monstruos del día a día, esperar a los que se irán presentando, y es difícil. Más para una persona como yo que para estar bien, necesita tenerlo todo bajo control. Al menos, lo mío. Soy muy individualista para eso.

Me casé muy enamorada e ilusionada. Me casé escribiendo un cuento de hadas porque Javi para mí fue el príncipe azul que me salvó de todo. Es así. La que jamás se casaría. Nunca. Tendría hijos sola. Tendría una vida elegida por ella misma en soledad por miedo a que me hagan daño. Me da miedo que mi cuento de hadas se termine. Tenga que estar llamando la atención al príncipe porque se quedó dormido. O porque aparezcan las complicaciones y no sepamos hacerlas frente. Me da miedo no saber elegir el camino correcto en un momento dado, y perder. 

Como podéis ver, muchos miedos e incertidumbre me carcomen cada noche, cada silencio o momento de soledad. Y ser profesora ayuda solo en los cuidados más esenciales del niño. Nada más. No tuve que hacer frente a todo lo que se puede presentar cuidando de un niño todo el día, mío y de mi marido. No sé si me explico. Al final, lo más fácil es cambiar pañales y hacer biberones. Pero el día a día... Es otra cosa muy diferente. Leyéndome según escribo, es posible que me esté poniendo la tirita antes de la herida, pero como también he escrito, necesito prepararme para el presente y el futuro, tenerlo bajo control, saber más o menos cómo actuar. Y sobre todo, no perder a lo que más quiero ahora mismo, que es mi marido. 



domingo, 18 de septiembre de 2022

¡Opiniones!

 Tengo una disputa con mi marido siempre que discutimos. Él dice que soy rencorosa y no lo soy. Sólo pienso que lo que sueltas en caliente, en una discusión es aquello que has guardado durando mucho tiempo. De repente abres el cajón de mierda como dicen en la serie "La que se avecina" y sale todo. Todo aquello que dejaste a un lado, que pasaste por alto, que no dijiste por alguna razón. Pero que sí pensaste, razonaste, se te pasó por la mente... En mi opinión es así.

Según él, se dicen cosas que no se sienten, que se usan para hacer daño y no hay más detrás. Son cosas que te salen por el momento de tensión.

Yo he de decir, que a mi no me pasa, porque no suelo perder los nervios nunca. Me enfado, sí. Pero voy a decirte lo mismo en frío que en caliente, más o menos seria, pero siempre lo mismo. Nunca te voy a decir algo que no haya pensado. Creo que si en una discusión tienes los suficientes argumentos y eres un poquito más inteligente que tu adversario, y por supuesto, eres buena persona, no te hace falta ir a hacer daño o decir cosas que no sientes.

Esa es mi opinión, claro.

¿Vosotros qué pensáis?

Porque de ahí deriva la opinión de que soy rencorosa. No es así. Me acojo a tus palabras, a las que tu boca pronuncia y tu mente piensa. Si has pensado eso, del tema que sea, por algo será. Porque tendrás una opinión, una conclusión. No sé, ¡algo!

Contadme



31 semanas

 Juntos somos todo, es algo que supimos desde el primer momento en el que unimos nuestras manos y decidimos seguir el mismo camino. Desde que los problemas de uno, también era de otro. Y las alegrías se celebraban por partida doble. Desde que supimos que siendo dos, también podíamos ser uno. Y que eso era mucho más bonito. Que cada uno con sus cosas, pero sabiendo compartir la vida de la mejor manera: juntos. 

Todo, y da igual dónde, siempre contigo.



Mi Maya

 Os tengo que contar algo sobre mi perra. 

El jueves pasado, me puse a llorar en el veterinario. Sí. Yo la que no entendía el amor por los animales. Se me caían las lágrimas. Aquí sí que le echo la culpa al embarazo, porque en general, no suelo llorar por nada.

Que Maya esté mala, una de sus múltiples diarreas, me pone la piel de gallina. Javi dice que la niña tendrá suerte si la quiero solo la mitad de lo que quiero a mi perra. Mi Maya es... mi compañera, mi sombra, mi bebé. Se ha convertido en mi mundo. Ha cambiado mis rutinas, he sacrificado mucho de mis planes que antes eran habituales por tener a mi perrita y querer compartir todo con ella. En quince días hace un añito y siento que no he aprovechado el tiempo suficiente en su etapa de cachorra. Ha sido la cachorra más maravillosa del mundo. ¡Y eso que no tengo con quien comparar!

Hemos hecho un acuerdo. Tiene que vivir mínimo cincuenta años. Porque yo no podría vivir sin ella. Es ponerse pachucha y a mí se me quitan años de vida. Es una rancia, no le gusta la gente, como a mí. No le gusta que la soben la cabeza y es íntima de todos los perros del mundo. Con lo perritos es un cacho de pan. Aunque la ladren, ella siempre intentará hacerse amiga de todos.

En mi familia estaban prohibidos los perros. Y ver como Maya da vida a mi padre. O ver como mi madre besa a la perra. O mi hermano, que es su pasión, la besa, la lava, le prepara agua fresquita... Ver como todos hemos sentido esa debilidad con ella, me encanta. Javi y yo tomamos la mejor decisión trayéndola a casa. Y eso que yo estaba cagada de miedo. Pensaba que iba a ser un capricho pasajero. Que pronto me cansaría de ella. Y sobre todo, de la reacción de mis padres... Como todo en mi vida, las cosas que me hacen ilusión y que me encantaría compartir abiertamente fue llevado en secreto hasta el momento adecuado. Al igual que mi boda, mi embarazo, etc. 

Dormir con ella es no sentirte sola. O sus besos para que te despiertes, o lo agradecida que es cuando simplemente la miras y empieza a mover el rabo. Si ella supiera lo afortunada que me siento de tenerla conmigo. Pero no son consciente de ello, creo. 

Si pienso en un sinónimo de felicidad, solo me sale Maya.




miércoles, 14 de septiembre de 2022

Mis procesos

 Hace tiempo que no escribo en el blog dado mi estado de salud, que cada vez es peor. El embarazo cada vez es peor, pero por lo menos ya estoy metida en embarazo de riesgo por lo que estaré mucho más controlada gracias a algunas negligencias que se han dado desde la semana 12, pero ese es otro tema.

Según mi marido, palabras textuales de él, escribo "muchas tonterías en el blog". He intentado cambiar mi manera de sacar todo lo que llevo dentro, es decir, cambiar todos los años de terapia de tres psicólogas distintas que acabaron proponiéndome lo mismo. He pensado en hacerme un blog aparte para mi contenido más personal, el cuál sea más íntimo, más para mí... Pero le faltaría la parte que yo considero que es la magia de "Desde mi ventana" y es la interacción con vosotros, el público.

Estas semanas pasadas creía que me estaba apagando, dejando de ser yo. De todo lo que me gustaba, no hago ni la mitad de cosas. Me planteé el estar perdiéndome como persona individual. Pero no es así. Esta semana he caído en la cuenta, de que algunas cosas no salen porque no han de salir... aún. Porque las circunstancias no son las mejores, ni el momento tampoco. Quiero ir cambiando cosas, las voy a ir cambiando de hecho. Van a empezar a florecer como la primavera. 

He leído un artículo de una psicóloga que me ha encantado y decía que las mujeres guardamos los problemas, los sufrimos, pasamos el luto necesario antes de tomar decisiones. Cuando las exponemos, casi hemos pasado el camino de lágrimas, de piedras en el camino y estamos saliendo adelante. Podría interpretarse como que somos más frías o calculadoras, que todo lo llevamos en nuestra cabeza, pero creo que no es así. Creo que por el hecho de ser valientes para tomar decisiones, de querer cambios, de estar siempre tan activas... te pones la coraza y sales a la guerra. Te refugias en ella para esconderte y llorar. Te lames las heridas y una vez secas las lágrimas, le plantas cara a la vida. Eso habla de nuestra gran fortaleza. 

En mi caso, voy exponiendo todos mis procesos. Mis enfados, mis dudas. Me considero bastante expresiva en esto, porque no quiero que nadie me acuse de ser falsa, de no haber actuado, de haber hablado, de haberme escondido o de no haber luchado. Me encanta el dicho de ese de que las personas recogen lo que siembran. Nadie quiere estar en un sitio donde no se siente ni querida ni apreciada ni valorada. Porque la primera que no se querría sería ella misma. 

Hay cosas que no quiero en la vida. Que nunca las quise. Y que no voy a querer por mucho que la vida se empeñe en ponérmelas en mi camino. No soy de conformarme, no quiero. Y no quiero tragar con nada más de la cuenta. Porque las cosas se hacen bola, nos atragantamos y nos lamentamos, y el final siempre es peor.

A veces tengo problemas de ansiedad por no hablar y últimamente más. No sé cuál es el motivo, lo intuyo sí, pero no quiero verbalizarlo porque es como hacerlo real y sí, soy una caguetilla. La verdad asusta, la verdad te da bofetadas sin manos y la verdad se pone con los brazos en jarra y te llama de todo. Tanto que fardamos de querer ser sinceros y de que la gente sea sincera con nosotros, y a la hora de la verdad no queremos. No nos gustan las verdades... Pero a solas, nadie se engaña. Nadie. Todos sabemos qué nos pasa, todos somos conscientes de nuestros errores y de nuestros aciertos, de lo que queremos cambiar y de lo que debemos cambiar (que no es lo mismo). Todo esto lo sacan los psicólogos, lo sacan los escritos, lo sacan las canciones, la música, lo saca una larga carrera por un camino del campo... 

Tengo miedo del futuro, lo confieso. Tengo miedo de qué secuelas me dejarán todas las infecciones, el embarazo. Me da miedo el parto con la primera clase de preparación al parto. Me da miedo la niña y me da miedo la relación con Javi (cómo puede afectar). Me dan miedo muchas cosas y creo que vivo en un sentimiento de pánico continuo que me aleja de todo, que me mantiene encerrada en mí misma porque nadie quiere a un miedica al lado. Tengo demasiados frentes abiertos, mucho miedo y mucho tiempo por delante. Alejarme, huir, nunca es la solución. Es como beber. Y me aíslo, lo que provoca este sentimiento de soledad que llevo escribiendo sobre él en varias publicaciones. 

Echo de menos a mis amigas, mucho. Quiero quedar con ellas, pero no soy capaz de dar dos pasos sin ahogarme. Quiero la vida de antes. Quiero hacer deporte, cantar como si no hubiera vecinos. Quiero volver a mi pueblo. Quiero demasiadas cosas que, insisto, las circunstancias me las impiden. Quiero que alguien me mire y me diga: "estoy contigo". Sentir que no soy un lastre, sentir menos del peso que llevo a todos lados y que solo una persona se autocarga. Yo misma. 



domingo, 11 de septiembre de 2022

Mi profesión

Esto es lo que soy. Es mi hobby, mi vocación, mi trabajo, mi dedicación plena. Un trabajo en el que la jornada nunca dura ocho horas. Jamás. Siempre dura más de veinticuatro porque siempre estás buscando, encontrando, probando... Es el mejor trabajo del mundo, pulir a pequeños diamantes, cuidarlos, verlos crecer y sentir como los resultados van floreciendo. 

Es más que gratificante, aprendes más que enseñas y eso no lo pueden decir de todas las profesiones. Acaba siendo un estilo de vida cuando ves en la basura, materiales con los que crear y convertir en material didáctico. Este es el sueño que siempre tuve, y que llegué a cumplir y que quiero seguir cumpliendo hasta que el cuerpo aguante. 

He pensado muchas veces en cambiar de profesión, algo más estable, mejor pagado, algo que pague facturas y poco más. Pero siempre hay algo que hace saltar las alarmas de que un sueño es para cumplirlo y vivirlo. Y este es el mío. Me hace feliz, y la felicidad es muy cara y difícil de encontrar. 

Soy profesora desde antes de nacer, lo llevo en los genes. Y tengo los mejores ejemplos en mi familia de los que nunca dejaré de aprender. Tías con las que podría hablar y hablar durante horas de alumnos, familias, metodologías, ideas, herramientas... Cómo es he dicho, una forma de ser, un estilo de vida. 



11 de septiembre de 2022

 Y aun habiendo conocido todas mis manías, mi carácter más duro, mis momentos más difíciles y mis puntos débiles. Aun sabiendo que no soy perfecta, y que probablemente no llegue a serlo nunca. Aunque la vida nos haya dado palos. Y no solo uno. Aun sabiendo que no todo es color de rosa, que hay situaciones que cuestan afrontar, heridas que tardan en sanar y lágrimas que son difíciles de parar. Aunque el corazón se rompa, y el dolor tarde en irse. Aun con rachas en las que la sonrisa se esconde, y el abrazo es necesario. Aunque no podamos más, porque tengamos muchas cosas encima.

Aun con todo, nosotros. Juntos.

Pase lo que pase.

En las buenas, en las malas, y en todas. Como sea y donde sea, pero de la mano.

Feliz aniversario 👰‍♀️🤵




Hace un año...

 ¡Feliz aniversario! No se me ocurre mejor manera de celebrarlo que en pocas horas decirte que Sí Quiero a una vida contigo.

Te veo en un rato.

Yo soy la que va de blanco.

Te quiero Javi



One year ago...

 El amor es mucho más que hacerlo. No es solo dormir juntos y besarse como si no hubiese un mañana. Ni siquiera compartir comida en un restaurante. El amor es mucho más. El amor son abrazos que te recomponen por dentro en cuestión de segundos. Sin buscarlos, sin pedirlos. El amor es complicidad, cariño e ilusión. Y muchas ganas de compartir un camino juntos. Es saber querer como jamás has querido, y de la mejor manera que sepas. El amor es respeto. Es un mensaje bonito porque sí. Y detalles que no vienen a cuento pero que te hacen un poco más feliz. El amor es esperanza, sinceridad y fidelidad. Ser capaz de ser uno, en dos. Cada uno con sus cosas, pero sin dejar de ser el mejor equipo. El amor es una mirada de complicidad, una caricia y una mano que te salva cuando estás a punto de caer. Es sentirte seguro y en paz. Protegido y con fuerza. Y notar que no estás solo. El amor es tiempo. Tiempo de calidad. Saber hacer algo diferente en la rutina de siempre. El amor es alegría, incluso con sus momentos malos. Es apoyo incondicional y un hombro en el que agarrarte para seguir. El amor es cosa de dos. Es ser y estar. Y es algo tan bonito que no puede dejarse escapar.



lunes, 5 de septiembre de 2022

Carta a una vieja amiga

 Con todo el respeto del mundo, llevo meses queriéndote escribir una carta. No quiero que sea una despedida, ni mucho menos. Quiero desahogarme como lo hemos hecho siempre, jugando con las palabras.

He borrado tu número de teléfono. Sé que lo sabes. Sé que lo esperabas, y cuando no vistes mi foto de perfil en WhatsApp, pensaste en que había pasado página. No soy tan fuerte como tú. No me gusta ver mi pasado en estados. No me gustan los recordatorios de Facebook. Me ponen triste y algo nostálgico.

Sabes que nuestra relación acabó tan bonita como empezó. Nos asentamos en el confort de lo conocido. De lo rutinario. No hay nada que mate más que la rutina a una relación, y como tú decías: "El amor no lo puede todo". Nos hemos querido. Fue un cuento de hadas del que no me arrepiento y el cuál jamás he vuelvo a vivir. Y eso que eras una montaña rusa... Cuando te convertiste en crucero, fue cuando nos miramos y pensamos que... "se nos rompió el amor de tanto usarlo", como decía la canción de la Jurado que tanto escuchabas. A tiempo pasado, he caído, en que las canciones que escuchas en cada momento, son tus pensamientos. Esos que no dices. Esos que te callas y que sin darte cuenta, entras en silencio ensordecedor para aquel que te conoce. Sólo con mirarte, se ve que estás en medio de algún pensamiento que por supuesto nunca saldrá de tu cabeza.

Aparentas ser una persona abierta, echada para delante y nada más lejos de la realidad. Cada paso que das, lo has pensado veinte mil veces, en frío, calculado y estudiado todas las consecuencias posibles. Eres un tetris, un puzzle, y creo que es lo que te hace tan interesante como persona. Una inteligencia que te empeñas en esconderla porque necesitas pasar desapercibida. Cada canción que escucho, y eso es gracias a ti, pasa a formar parte de mi vida, de un momento concreto, de una banda sonora que se almacena en Spotify. Y creo que eso me lo has pegado tú. 

Pati, te sigo por las redes sociales porque también reconozco tus llamadas de socorro, reconozco los estados, tus escritos y lo que guarda cada palabra que decides publicar en el blog. Siempre podrás contar conmigo. Siempre. Eso de que podemos ser amigos... Es misión imposible. Por muy bien que acabes una relación, un ex es un ex. Nunca se pueden tener sentimientos limpios, ni para bueno, ni para malo. Lo mejor es tomar distancia y quedarte con el recuerdo y los aprendizajes de esa relación.

Estoy soltero, de nuevo. Creo que estoy en un momento de mi vida que nadie hace que mi corazón se vuelque, nadie me hace saltar las emociones. Nadie me suscita nada innovador, ni ninguna mujer se convierte en musa para que me salgan esos detalles que enamoran. Me elijo a mí desde hace mucho tiempo. Y todo lo demás me parece secundario y ni siquiera importante para tener en cuenta. Aunque debo reconocerte, que mi sueño lo estás cumpliendo tú. Y lo sabes. Sabes que era yo quien quería casarme, y no tú. Que era yo quien quería hijos, y cuanto antes mejor y no tú. 

Creo que tienes razón en lo que dices en algunas publicaciones. No es el momento, es la persona. Esa persona de la que hablo y que aún no he encontrado. Esa persona que aunque lleves una semana a su lado, sientas que podrías darla mil años de ti. Javi, a juzgar por las fotos, eras lo que necesitabas. El hombre que ha conseguido eclipsar todo tu pasado. Y cuando hablo de tu pasado, quiero decir a todo. Es justo lo que necesitabas en el momento en que ya no. ¡Y me explico! Te arreglaste tú. Creciste. Te curaste. Te volviste más fuerte que WonderWoman, y fue entonces cuando le encontraste. Y creo que ese es el secreto. Ser tú para poder ser con los demás. Es un hombre muy afortunado, díselo de mi parte. Se ha llevado a la mujer que muchos queríamos a nuestro lado. Incluso nos valía con una réplica. Pero eres la excepción de las excepciones. Contigo no hay nada asentado, no hay nada que se pueda dar por sentado. Y Javi, ojalá pudiera saber tu opinión, pero es una mujer que te vuelve loco. Una locura adictiva, una locura como la que nadie te ha dado. Y la que necesitas tener al lado.

Me gusta verte contenta. Me gusta saber que serás una gran madre de una niña. Que si sigues pensando como antes, te habrás llevado un disgusto. Pero créeme. Estás hecha para ser madre de niñas. El mundo necesita más mujeres como tú. Más de las que se enfrentan al mundo con el mejor arma que tienen, su corazón. Javi, tendrás dos guerreras en casa, pero si estás con ella, es porque te mereces estar con una superheroína. Serás el hombre más afortunado de la tierra, te lo aseguro. Cuídalas como se merecen. Cuida a Pati como la vida no lo ha hecho. No lo necesita, lo sé. No necesita nada de nadie. Saldría a flote en medio de un glaciar rodeada de tiburones. Puedes tocarla pero jamás hundirla. Podrás darle un "jaque" pero nunca un "jaque mate". Antes, por orgullo, te lo da ella a ti. Su orgullo... Ese tan Izquierdo. 

Chicos, estoy aquí para lo que podáis necesitar. Os siento como parte de mí. Una parte de mi vida exactamente. Perdonar si lo tomáis como una intromisión a vuestra intimidad, pero necesitaba contar esto en el blog, como hace años. No dejo de sentir una punzada de alegría, envidia y nostalgia al ver cómo os va. Mi sueño aún está por llegar, pero estoy seguro de que llegará. Ante o después... Cuando la vida me lo permita y el destino lo ponga en mi camino, empezaré cumpliendo todos los sueños que me quedan por hacer. Ahora... Solo estoy yo, y creo que he de pasar por ello para pasar al siguiente nivel.

Os doy mi más sincera enhorabuena. Ser tan felices como los sois hasta ahora.

Peter Pan