martes, 31 de enero de 2023

Tragicomedia

29 de diciembre de 2022 

Romeo y Julieta no parece ser tan antiguo. En muchas familias, existen una competencia de ambas familias por ver quién pinta más, quién da más o quién es más importante... Es una pelea que cansa a la pareja de la cuál hablamos. Siempre me he preguntado, si las familias pueden destruir el amor. Si me voy a la tragicomedia de los amantes de Verona, sí.

Javi me lo avisó. La guerra empieza con las peleas de a quién se parece más el bebé. Si a una familia o a otra. Nosotros no somos así. Intentamos tratar a ambas familias de la manera más equilibrada e igualitaria posible. Pero eso, lo hacemos nosotros. La competencia de regalos, de (sobre todo yo) si se publica algo o no, si se agradece algo o no y a quién. Parece que tienes que ir con pies de plomos cuando yo, en la vida, he pensado que mis palabras, por ejemplo, en mi blog, vayan más allá de una simple opinión, de la mía. Ahora... tengo que analizar, pensar, darle una vuelta a mis palabras, a mis textos por si pueden ofender o justificar cada una de mis letras. Y es agotador.

Me está empezando a dar igual la opinión de todos, la verdad, pero eso crea aún más conflicto. 

Que mi hija se parezca a mí, que la vista o la eduque según mis gustos, que tenga mis tradiciones, educación, normas o cosas de su madre... Es tan lícito y lógico, como que las tenga de su padre. Físicamente se parece a mí, sí. El propio Javi lo dijo desde la ecografía. Y no pasa nada. Si llega a parecerse a mi marido, me hubiera parecido genial porque guapa sería un rato largo. Pero las luchas de ver quién queda más por encima... Pf... Sólo pueden crear brechas en la familia de mi hija y en su entorno. Brechas que a veces sin insalvables, que trascienden, empeoran y no hay vuelta atrás. No quiero una familia así para mí hija. Donde su seguridad emocional, dependan de los detalles de unos y otros, de feos, de diferencias... No lo quiero. Y como madre es muy fácil cortarlo porque al final mi familia es mi marido y mi hija, todos los demás son complementos necesarios y buenos, pero... Sí dan más problemas que otra cosa, deja de ser bueno... Pueden llegar a ser prescindibles. 

Mirar por el bien de un niño, en este caso de Helena, debería ser lo primordial. Enseñarle entre todos los valores necesarios para llevar a ser una buena persona. Hacer de ella una mujer de la que nos sintamos orgullosos. Que lleve un pedacito a lo largo de su vida de todos nosotros. Sin ningún rencor hacia su familia. Simplemente llevando la huella de todos nosotros. Una niña segura porque sabe que detrás de ella, tendrá una familia que la respalde en sus decisiones, las acertadas y las no tanto. 

Eso es lo que quiero para ella.



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