Me beso sin pedir permiso, como si el mundo se fuera a terminar, como si miles de demonios existieran en sus adentros, como queriéndome comer por dentro, tratando de hacerme suyo al mismo tiempo.
Y me beso elevándome hasta el cielo, sin despegarme los pies los del suelo.
No hice más que devolverle el beso con unas ansias atrasadas, como si fuera la primera ves que tenia en mi boca unos labios, sintiéndola temblar, como si me la quisiera comer, con esa hambre que todos los enamorados tienen...
... Con un hambre atrasada, con un hambre que pocos pueden contener.
Me beso como jamás antes lo habían hecho, como haciendo que despegara mi alma del cuerpo y uniéndome a la suya en un solo cuerpo.
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