viernes, 11 de octubre de 2013

El ladrón de orquidias

Cada orquídea se parece a un determinado insecto, así que el insecto se siente atraído por esa flor, su doble, su alma gemela, y no hay un anhelo mayor para él que hacerle el amor. Cuando el insecto se aleja, divisa otra flor alma gemela y le hace el amor, pero, ¿como van a saber ellos que gracias a su danza el mundo sigue girando?. Y así es, por el simple hecho de hacer lo que están llamados a hacer ocurra algo grande y magnífico. En ese sentido nos enseñan a vivir, nos enseñan que el único barómetro que tenemos es el corazón, que, cuando descubres tu flor, no puedes dejar que nada te aparte de ella.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.