Y me quedo así, mirando fijamente el mar lejano, ese mismo mar que me ha hecho compañía durante muchos años. Y que ahora echo de menos. Como muchas otras cosas, por otro lado. Como las ganas de tener aún sueños e incertidumbres, y miedos e indecisiones y entusiasmo. Y de no sentirme traicionado. En mis ideales, en mi físico, en el mundo que me rodea. En las esperas, en la esperanza de que alguien me sorprenda. Eso es, querría volver a quedarme sorprendido y encantado, como antes, al descubrir algo que me deja sin palabras, algo que yo no podría haber imaginado jamás. Pero no es así. Ya no. Y desde hace demasiado tiempo.
Muy lindo..
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