Nunca soporté esa
terrible sensación de soledad en aquellos días en que por alguna extraña razón
no podía verte. Y para aliviar mi ausencia de ti, escribía y escribía durante
largas horas las palabras que iba a decirte cuando estuvieras frente a mí,
dejándome decirle un nuevo adiós a la soledad.
Victor De la Hoz
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