Cirro los ojos,Oigo un zumbido. Desaparece.
Justo en la vigilia, de nuevo vuelve a mi oído. En mi mente somnolienta es como si fuera un avión supersónico que viene a atacarme.
Con los ojos medio cerrados y muy harto, enciendo la luz dispuesto a asesinar a ese insecto cabrón y te descubro tumbada detrás de mí, silbándome en la oreja. Te mueres de risa. Eres idiota. Te amo.
¿Qué es tu pareja sino esa mosca cojonera a la que muy a menudo querrías matar, pero sin cuya compañía no consigues dormir bien?
A cuento de nada
Rafa Pons
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