Por supuesto que te haré daño.
Por supuesto que me harás daño. Por supuesto que nos haremos daño el uno al
otro. Pero es la condición misma de la existencia. Para llegar a ser primavera,
significa aceptar el riesgo del invierno. Para llegar a ser presencia,
significa aceptar el riesgo de la ausencia.
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