En la cara de un lector se
refleja el libro que está leyendo: si en el capítulo se narra una tormenta
habrá truenos en su mirada; si se describe un incendio, las llamas iluminarán
su expresión. Pero si eso reflejos los vemos en la cara de una mujer dormida,
sabremos que el incendio está en su interior, en su narración interna, su
propio libro autobiográfico. Cada ceño fruncido o sonrisa inesperada en el
rostro de una mujer dormida es una línea en el mapa de su alma.
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